Pocas personas conocen la inagotable mina de talento brasileño como Cláudio Ibraim Vaz Leal, más conocido como Branco (Bagé, 1964). Lateral izquierdo de gran recorrido e imponente pegada, aún es recordado por su decisivo golazo de falta directa ante Holanda en cuartos de final del Mundial de USA 1994 que llevó a Brasil a semifinales y después a conquistar su cuarta estrella, marcando un penalti en la final contra Italia. Desde 2018 es coordinador de las selecciones juveniles de la CBF, gestionando los talentos del país, como Endrick. Atiende a AS desde Colombia, donde ya está en marcha el Sudamericano Sub-20.

Es difícil. Es un sentimiento de pérdida eterno porque ha sido el mejor del mundo en todos los sentidos. La sensación es igual que cuando se fue otro símbolo como Senna. Han sido los dos más grandes, los extrañaremos siempre.

¿Cuál en su misión como coordinador de las categorías juveniles de la CBF?

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Hemos intentado implementar nuestro método de trabajo como hicimos hace 16 años, en mi anterior etapa en la Federación. Hemos tenido muchos éxitos en diferentes categorías, pero no se trata sólo de ganar, sino de formar. También debemos valorar mucho la mejora de todos los clubes a nivel de infraestructura. Todo nace ahí. Ellos hacen el trabajo principal del día a día. Nosotros hemos transformado algunas cosas porque tenemos profesionales muy competentes y los medios necesarios para progresar. En esta etapa hemos ganado el oro olímpico, un Mundial Sub-17, torneos internacionales muy prestigiosos como Toulon o Montaigu, un sudamericano Sub-15... Se está haciendo un buen trabajo y estamos en la línea correcta.

¿Se intenta recuperar el estilo creativo y atrevido de los futbolistas brasileños? ¿Se había perdido un poco?

Con las nuevas generaciones estamos potenciando la habilidad, la calidad, el regate, el uno contra uno... Es decir, la esencia del fútbol brasileño que tal vez sí se había perdido un poco. Nuestros jugadores no deben perder eso. Pensaba lo mismo en el cuatrienio de 2003 a 2007 cuando ya fui Coordinador Juvenil de Brasil y comenzamos el ciclo ganando la final del Mundial Sub-20 a la España de Iniesta con gol de Fernandinho. Cuando la CBF me llamó de nuevo en 2018 las cosas no iban bien. No nos habíamos clasificado para el Mundial Sub-20 y no salían jóvenes importantes para la Seleçao.

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¿Y qué modificó usted para recuperar el rumbo?

Me rodeé de un buen equipo y cambiamos la mentalidad. Comenzamos a llamar a jóvenes que tuvieran un perfil determinado y trazamos un mismo modelo que sirviese desde las categorías más bajas hasta la absoluta. Lo hablamos en un encuentro con Tite, Juninho Paulista y Parreira. Fue una cumbre para empezar a trabajar con una estrategia común.

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¿Las nuevas referencias para los jóvenes son algunos como Vinicius, Rodrygo o Martinelli?

Sin duda. Las generaciones de 2000 a 2005 son muy buenas. Brasil siempre ha propuesto el juego y se ha preocupado por el balón más que por los rivales. La técnica es nuestra seña de identidad pero la disciplina táctica también es necesaria. Hablamos mucho con los clubes y la coordinación es perfecta. Programamos todo y no dejamos nada al azar. Un ejemplo de ello es Endrick, que con 16 años es titular de un histórico como Palmeiras. Estamos formando futbolistas para la absoluta. A Qatar llegaron ocho, en 2026 serán más.

¿Cree que el fútbol actual se está robotizando demasiado?

Sí. Lo creo. Cada vez está todo más estudiado y analizado. Hoy la fuerza y la velocidad predominan. Por ese motivo nosotros debemos reforzar nuestra calidad técnica, porque eso puede marcar diferencias.

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¿Le gustaría que Brasil se pareciese lo más posible al equipo del Mundial de 1970?

Ojalá. Tenemos que ser nosotros mismos. Brasil debe ser siempre Brasil. No podemos perder nuestra esencia. Yo tengo una frase para los chicos que llegan: “Diviértanse con responsabilidad”. El brasileño siempre se ha divertido y ha jugado con alegría. También hay que tener responsabilidad táctica, física y mental pero dándoles libertad para ser creativos. Por eso hemos conseguido cinco Mundiales. El brasileño no puede perder esa cualidad.

¿Cuál es el objetivo de Brasil en este Sudamericano Sub-20?

El primero y principal es clasificarnos para el Mundial de Indonesia, porque hemos faltado en los últimos dos Mundiales de la categoría y eso Brasil no lo puede permitir. A pesar de algunas ausencias tenemos un gran equipo para aspirar a hacer algo importante, incluidos dos talentos muy jóvenes, del 2006: Luis Guilherme, de Palmeiras, y Pedrinho, de Corinthians.

No está Endrick, por petición de Palmeiras. ¿Qué futuro le augura al delantero?

Magnífico. Es un jugador excepcional y un goleador puro, con mucha clase.

¿Puede triunfar en el Madrid cuando llegue, pese a que lo hará con solo 18 años?

Por supuesto. Podrá ser una figura mundial como ahora lo son Vinicius o Rodrygo o incluso como en su día fueron Neymar al salir de Santos o Ronaldo cuando se fue de Cruzeiro.

¿A qué jugador le recuerda?

A Romario. Su biotipo es muy similar. Es fuerte, bajito, rápido, siempre está bien colocado y tiene mucho olfato goleador, cualidades que hicieron grande a Romario. Es un garoto muy parecido a O Baixinho. Endrick tiene muchas virtudes para poder triunfar en el fútbol.

¿Le puede afectar la presión, siendo tan joven?

No creo. Es un chico humilde, con la cabeza bien amueblada.

Otros que apuntan a estrellas son Luis Guilherme, França, Andrey Santos, Vítor Roque, Marcos Leonardo... ¿A cuántos ve en el Mundial 2026?

Todos tienen opciones. Son fantásticos proyectos de jugadores. Están en camino de lograrlo, pero hay que trabajar. Realmente depende de ellos. Tienen mucha calidad y están a un paso, pero hay que darlo y ganarse ese papel de protagonista en un Mundial.

¿Cuál es el jugador joven que más le ha impresionado por su talento?

Seguramente Messi en el Mundial Sub-20 de Holanda, en 2005. En la semifinal Brasil perdió con Argentina. Recuerdo que marcaron Zabaleta y Messi. Cuando lo vi jugar me quedé impresionado y pensé que sería de los más grandes. No me equivoqué. Aquel Mundial lo ganó Argentina.

Brasil es, desde hace muchos años, el país con más futbolistas jugando fuera de su país, actualmente más de 1.200. ¿Cuál es la clave de este éxito? ¿Qué hace tan atractivo el modelo brasileño?

Nuestros clubes son vendedores y los europeos compradores. Aquí hay talento a raudales y lo exportamos porque los clubes necesitan dinero. En Brasil damos muchas oportunidades a los jóvenes que destacan. Si con 15 ó 16 años eres muy bueno ya puedes llegar al primer equipo. No importa la edad.

Como forjador de talentos, ¿cuál es su sueño en un futuro más inmediato?

Primero hacer un gran papel en el Sudamericano Sub-20 y como norma seguir formando grandes futbolistas para el futuro. En mis dos etapas he logrado dos Mundiales Sub-17, uno de Sub-20 y un Oro olímpico. Espero seguir cosechando éxitos y tener una selección absoluta muy fuerte fruto del trabajo continuado con los chicos desde la base. Con todo el respeto a la selección de 2022, creo que la del Mundial de 2026 será más poderosa. (D)