De Franz Beckenbauer (1945-2024) El País, de España, aseveró este lunes: “No se puede imprimir una huella más profunda que la que él deja en la memoria colectiva del fútbol”. En 1978 Guayaquil tuvo la fortuna de ver en acción a la máxima leyenda del balompié germano de todos los tiempos. El crack, entonces de 33 años, provocó una revolución desde que arribó al antiguo aeropuerto Simón Bolívar. El Káiser vino en calidad de figura estelar del célebre Cosmos de Nueva York, escuadra que se enfrentó a Barcelona SC en un histórico partido amistoso. Para ese formidable compromiso los canarios se reforzaron con tres elementos de Emelec.

El alguna vez llamado “equipo más glamuroso del fútbol mundial”, una especie de Dream Team de la década del 70, sacudió al deporte de Estados Unidos a raíz de la contratación de varias superestrellas. Así generó una explosión mediática cuya onda expansiva todavía se siente con la sola mención de su nombre: Cosmos, de Nueva York.

La llegada de Franz Beckenbauer (derecha) con el Cosmos a Guayaquil, cubierta por EL UNIVERSO en 1978 (Archivo). Foto: Archivo

El diario Marca, de Madrid, afirmó en el 2016 que “Cosmos es un nombre sinónimo de uno de los equipos más memorables en la historia del fútbol. Pelé, Franz Beckenbauer, Giorgio Chinaglia y Carlos Alberto, entre otros, formaron parte del antiguo conjunto neoyorquino en los años 70″. La revista Líbero recordó en el 2013 que “en 1977 el Cosmos, cuando ganó su segunda liga, tenía miles y miles de seguidores en Estados Unidos, y los estadios se llenaban para ver a Pelé, a Beckenbauer, o a Chinaglia”.

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Beckenbauer en Guayaquil

En una serie acerca de los grandes escuadras todas las épocas, AS, rotativo madrileño, le reservó un capítulo al inolvidable Cosmos. “Desde Nueva York, el Cosmos pudo introducir el espectáculo en el fútbol en Estados Unidos. Si el fútbol llegó a tener éxito en ese país se debe a la ambición de este equipo, que fichó a grandes estrellas. A la Gran Manzana llegó el mejor de todos, O Rei, Edson Arantes Do Nascimento, Pelé. Y con él, otros héroes de esa época: Carlos Alberto, Giorgio Chinaglia (quien luego fue presidente del club) y sobre todo Franz Beckenbauer”.

“Cosmos, el equipo de ‘soccer’ que enamoró a Nueva York. Las entradas más caras de Nueva York no eran las de los Knicks (de la NBA) ni los Yankees (de Grandes Ligas), sino las del Cosmos, el cuadro más representativo de la North American Soccer League (NASL, entidad antecesora de la MLS). Celebridades de todo tipo, como Muhammad Alí, Henry Kissinger, Mick Jagger, Robert Redford o Dustin Hoffman, se dejaron ver por el palco del Giants Stadium”, relató El Confidencial, de España en el 2016 en una larga nota que rememoraba la trascendencia del Cosmos.

Sin Pelé –retirado en 1977–, pero aún en plan de “equipo espectáculo”, como dijo EL UNIVERSO, el Cosmos protagonizó una batalla con Barcelona SC en el estadio Modelo, el 31 de octubre de 1978. De la presencia de los neoyorkinos este Diario comentó: “es un lujo para el país y especialmente para la afición guayaquileña el hecho de tener en esta ciudad y de presentarlo a rivalizar con Barcelona, al equipo más famosos de los Estados Unidos, el Cosmos de Nueva York. Hace tiempo estaba pretendido por dirigentes nacionales para que haga una presentación en Guayaquil”.

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Barcelona SC 1, Cosmos 1, fue visto por 45.000 personas en el estadio Modelo. Foto: archivo

El ‘Káiser’, en el Modelo

“En anteriores oportunidades nadie pudo traer al Cosmos por la serie de compromisos que tenía contratados anticipadamente. Desde aquella ocasión, siguieron las negociaciones hasta que por fin se logró su venida a Guayaquil, para satisfacer la inquietud de los aficionados de ver personalmente a este elenco millonario que se da el lujo de incluir en su nómina a los más famosos jugadores del mundo”, se agregaba en la nota del 29 de octubre de 1978 titulada ‘Hoy arriba a Guayaquil Cosmos de Nueva York’.

Guayaquil fue el primer lugar de Sudamérica visitado por el Cosmos en su gira que comenzó por Europa. La delegación que trajo al Káiser Beckenbauer como principal atracción -junto a Carlos Alberto, capitán de Brasil en la Copa del Mundo de México 1970- se hospedó en el hoy desaparecido Hotel Humboldt (avenida Olmedo y Malecón).

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“Directamente del aeropuerto, (el Cosmos) hizo un alto en las dependencias del estadio Modelo, que ya presentaba un marco brillante de aficionados para el juego Barcelona-El Nacional, dando una vuelta completa el bus del Colegio Alemán Humbolt, para luego descender del mismo los jugadores, que con los brazos en alto, saludaron a los miles de aficionados de tribunas y generales, siendo fácil blanco de los fotógrafos y periodistas, camarógrafos de la televisión, especialmente cuando fueron vitoreados por la afición indiscutibles figuras del fútbol mundial, como Beckenbauer”, según la edición de EL UNIVERSO del 30 de octubre de 1978.

Contra Barcelona SC, reforzado

Aquel lunes 30 “Beckenbauer y Chinaglia fueron de los más asediados por los aficionados que buscaban la firma de autógrafos” en el Modelo, donde el Cosmos entrenó; 24 horas después el Káiser y su tropa se presentaron en el Modelo.

Beckenbauer, campeón de la Eurocopa de Naciones 1972, del Mundial 1974, y múltiple monarca del Viejo Continente con una de las versiones más poderosas del Bayern Munich, jugó los 90 minutos contra Barcelona SC, que dirigía el peruano Marcos Calderón. Chinaglia, símbolo eterno de la Lazio, y mundialista con Italia en 1974, abrió la cuenta a los 41 minutos. “Robert Iarusci pasó para Chinaglia, que alargó para Zeninho. Este gambeteó a Alberto Oyola y cedió para Chinaglia, quien disparó de volea un cañonazo para batir a Gerardo Rodríguez”, refirió este Diario.

“Barcelona mejoró en el segundo tiempo con los ingresos de Antonio Sacconi (de Emelec) por Pepe Paes, González Pajuelo por Juan Madruñero, y Ángel Licardi por Víctor Ephanor. Los tres respondieron brillantemente”. Se hizo hincapié en que Sacconi fue “una figura del mediocampo, lanzando pelotazos en profundidad para sus delanteros, y llegaba al campo del Cosmos para disputar los rebotes”. La reseña de EL UNIVERSO añadió que “pronto Aníbal Cibeyra, Lupo Quiñónez (también refuerzos emelecistas) y González Pajuelo pusieron en aprietos a la retaguardia del Cosmos”.

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Anuncio del partido Barcelona SC-Cosmos, de 1978, y precios de boletos. Foto: Archivo

Apagón y puñetes

Barcelona dominó y atacó furiosamente en pos del empate. Cuando se jugaban cuatro minutos de descuento Garbett trató de retrasar la bola para el arquero del Cosmos, pero Oyola, que entraba velozmente, alcanzó a tocar el cuero y lo envió a la red. Entonces Chinaglia agredió a Oyola y al árbitro Elías Jácome, siendo expulsados tres jugadores del Cosmos cuando faltaban 30 segundos para conclusión (Chinaglia protestó la validez del tanto canario y como no tuvo efecto su reclamo “sacó la derecha y golpeó al juez, formándose una trifulca”. El ariete, Erol Yasin, y Gary Etherington fueron echados). El cotejo terminó con ese incidente. El partido estuvo interrumpido una hora por un apagón”.

Pese al violento suceso, en el que no tuvo participación, para el prodigioso Káiser y el Cosmos hubo elogios en la reseña de EL UNIVERSO: “el encuentro resultó agradable. El Cosmos exhibió durante la primera etapa toda su clase internacional, bajo la batuta de hombres de gran jerarquía como Beckenbauer y Chinaglia, figuras de relieve que conforman la parte medular del Cosmos. El público que asistió al estadio Modelo (cerca de 45.000 personas) quedó contento con el desempeño que tuvo, en el primer tiempo, el equipo neoyorquino”.

Para este Diario “Cosmos de Nueva York impuso desde el inicio del match una marca asfixiante, es decir a presión casi individual, lo que pesó en el rendimiento del Barcelona. Además demostró poseer un excelente estado físico y un esquema futbolístico de corte moderno”.

La nota necrológica de El País retrata así, este día, la descomunal calidad del Káiser, “el futbolista con frac”, que deslumbró a Guayaquil una mágica noche de 1978: “Dicen que el fútbol eleva el engaño a la condición de arte. Franz Beckenbauer hizo de la prevención del engaño una actividad paranormal. En los anales del juego de la pelota no existe un hombre que desmantelara más emboscadas, ataques, regates y fintas adversarias con más antelación ni más economía de recursos”. (D)