“No, ningún contacto”, le respondió Guillermo Almada a EL UNIVERSO el pasado viernes, 5 de julio, cuando se le consultó al técnico del Pachuca si dirigentes de la Federación Ecuatoriana de Fútbol lo contactaron para ofrecerle ser el sucesor de Félix Sánchez Bas al mando de la Selección. Pero tras la renuncia de Rubens Valenzuela, preparador físico que ha acompañado a Almada en su carrera por Uruguay, Ecuador (en Barcelona SC) y México, la prensa azteca interpreta la dimisión del uruguayo como un primer paso en el camino de una eventual contratación de Almada por parte de la FEF.

El periódico mexicano Récord dice este día: “¿Se van a Ecuador? La renuncia de Rubens Valenzuela llega en medio de los rumores que ponen a Guillermo Almada con la selección tricolor. Aunque la decisión del preparador físico puede haber sido mera coincidencia, también podría ser parte de su decisión de seguir al DT a Ecuador”.

Este Diario charló con Carlos Alfaro Moreno, quien en su momento como vicepresidente deportivo de Barcelona SC laboró estrechamente y a diario con Almada, quien fue campeón del 2016 y semifinalista de la Copa Libertadores 2017. Tras esa etapa, el adiestrador charrúa partió rumbo a México.

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‘No quiere decir que vendrá’

Alfaro Moreno dio esta versión sobre el alejamiento del Pachuca del preparador físico Valenzuela. “Rubens se va, aparentemente, por un tema de orden personal; temporalmente se separa del cuerpo técnico de Guillermo Almada. No es que por eso Guillermo está por venir (a Ecuador, para dirigir a la Tricolor). Ojalá que fuera así, pero no tiene que ver con eso”.

EL UNIVERSO interrogó al exdelantero barcelonista, de Independiente de Avellaneda y de Argentina en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y en la Copa América de Brasil 1989, sobre las características de Almada, con base en la eventualidad de que sea fichado por la FEF para que conduzca a la Selección. Esto dijo Alfaro Moreno.

¿Le gustaría que Almada dirija a la Tricolor? Tiene un estilo más osado que el de Sánchez Bas.

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Si me preguntan, yo considero que lo mejor que le podría pasar a la Selección es que vinieran Guillermo Almada y su cuerpo técnico. No solo por el estilo de juego sino por la personalidad, el conocimiento que tiene del futbolista ecuatoriano. Guillermo siempre creyó en el jugador nacional; es más, en los clubes a los que ha ido siempre llevó futbolistas de Ecuador. Acaba de pedir a Ángel Mena para el Pachuca, y antes al central Andrés Micolta. Previamente se llevó a Félix Torres al Santos Laguna, de Torreón. Él cree enormemente en las virtudes físicas de nuestros jugadores e incluso lo potencia. Desde hace años pienso que Almada debería ser el entrenador de la Selección.

¿Cómo trabaja Almada? Usted dijo que él no se deja imponer jugadores. ¿Con él no hay posibilidad de manoseo?

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No quiero ser tan fuerte con el término (manoseo), pero doy ejemplos. En algún momento en Barcelona SC teníamos arreglada la llegada de un delantero que en ese momento era el goleador del campeonato (Maxi Barreiro, del Delfín, en el 2016), pero Guillermo por un tema de conocimiento personal no quiso. La realidad es que los directivos son los dueños del proyecto, pero los entrenadores son los dueños de su plantel. El técnico es quien debe convocar, armar el once. La gente de fútbol sabe que las cosas son así. Que no debe salir o ingresar un jugador sin que el técnico tenga la palabra final. Almada tiene una personalidad muy fuerte, es muy intenso a la hora del trabajo. Hay que llevarle el ritmo. Debería ser la primera opción para Ecuador.

¿Con Almada cree que tendrían oportunidades en la Tricolor Pedro Ortiz, Leonardo Campana o Allen Obando?

No tengo dudas de que todos los futbolistas ecuatorianos estarían en la mira de Almada. Pero hay un detalle más que lo veo importante: hoy Ecuador necesita de un entrenador que esté pendiente de absolutamente todos los detalles. Hay que darle las llaves de las selecciones ecuatorianas y que las maneje todas. Que resuelva desde quiénes van a las ruedas de prensa, los milímetros que debe tener el césped cuando se juegue de local -porque hasta en eso se fija Guillermo y lo mide-, el riego. También si los seleccionados van a salir de día libre y a dónde van a ir en esos días libres. Es una suma de detalles obsesivos que al nivel de la élite deben tener. (D)