El estatus de LeBron James entre la élite del baloncesto como uno de los mejores jugadores de la historia es inigualable. Pero lo que ha podido hacer fuera de la cancha es casi igual de impresionante. A lo largo de su carrera, siempre ha sido uno de los deportistas más rentables comercialmente del planeta. La forma en que se ha manejado a sí mismo no solo como patrocinador, sino también como socio, ha sido diferente al resto, publica el diario Marca.