“No hay palabras para definir la enésima proeza de Rafael Nadal. Se agotan los adjetivos con los que calificar la trayectoria del mallorquín. Es, sin duda, el mejor tenista de la historia”, escribió en su columna el director de Sport, Lluís Mascaró, el lunes anterior, 24 horas después de que el tenista de 35 años agrandara su leyenda al conquistar su corona número catorce en Roland Garros. La gesta de Nadal adquiere dimensiones épicas porque lucha contra sus propios problemas físicos (una lesión crónica en el pie izquierdo) a cuya evolución el mallorquín parece fiar su destino deportivo.