Exiliado fuera de París a causa de los Juegos Olímpicos, el Tour de Francia de 2024 echará el telón al borde del Mediterráneo, en una dura crono entre Mónaco y Niza de 33,7 kilómetros que incluye dos cotas, una de ellas con el cartel de segunda categoría.

Cuando los organizadores diseñaron ese final explosivo, el primero contra el crono en 35 años, imaginaban más un desenlace similar al último, cuando Greg LeMond superó los 50 segundos de desventaja que tenía con el francés Laurent Fignon, que acabó perdiendo por 8 segundos.

Pero el desarrollo de la carrera ha querido que la que iba a ser una jornada decisiva para el maillot amarillo se transforme casi en el paseo triunfal del ganador, el esloveno Tadej Pogacar, que lo afrontará con una ventaja que elimina todo suspense.

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El relato final de la 111 edición del Tour se escribirá por las carreteras que bordean la Costa Azul, en un recorrido que apenas reserva 8 kilómetros de llano y que medirá tanto la habilidad para la lucha contra el crono como la frescura restante tras casi 3.500 exigentes kilómetros en las piernas.

Durante unos 45 minutos, los corredores tendrán que mostrar fortaleza en todas los terrenos para conseguir el triunfo.

Porque la victoria de etapa puede estar entre la fortaleza que ha demostrado Pogacar a lo largo de toda la edición o la potencia que es capaz de desarrollar el campeón del mundo de la disciplina, el belga Remco Evenepole, que ya se impuso en la séptima etapa, también contra el crono pero mucho más llana.

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El perfil ofrece elementos para ambos tipos de corredores, porque no deja mucho lugar para impulsar la bicicleta a su máximo rendimiento.

La salida se tomará en el boulevard Alberto I, el mismo lugar desde el que se lanzan los bólidos en el Gran Premio de Montecarlo cada año, cuyas pistas urbanas servirán también para una primera toma de contacto de tres kilómetros por las calles del Principado.

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Enseguida se presentan las rampas de La Turbie, 8 kilómetros de ascenso al 5,6 % de desnivel medio que incluyen una pancarta de puerto de segunda categoría que distribuirá los últimos puntos de esa clasificación.

En su cima, donde estará el primer punto intermedio de cronometrado, comenzará un descenso de tres kilómetros antes de afrontar la subida al Col d’Èze, con 1,6 kilómetros al 8,1 %.

Este puerto, escenario habitual de la París-Niza, acogerá al Tour por tercera vez, pero lo hará por su vertiente más corta, lo que no le ha otorgado entidad para ser catalogado en la clasificación de la montaña y, posiblemente, no justifique el cambio de bicicletas de los corredores.

En su cima, situada a 20 kilómetros para la meta, se sitúa el segundo punto intermedio de cronometrado.

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Restará el descenso final a Niza, con poca pendiente, lo que exigirá más energía de los corredores que pericia, antes de afrontar los últimos cinco kilómetros totalmente llanos en un doble paso por el paseo de los Ingleses, el magnífico paseo marítimo de la ciudad mediterránea.

Allí está situada la meta y en la plaza Masséna se levantará el podio definitivo de la edición, en sustitución de la imagen tradicional del Arco del Triunfo que acompaña a los ganadores de los diferentes maillots. (D)

Etapa 21: Mónaco - Niza, 33,7 km (CRI)

Hora de salida del primer corredor: 14:40 (07:40 de Ecuador)

Hora prevista de llegada del último corredor: 19.30 (10:30 de Ecuador)

Montaña:

La Turbie (2a), 8 km al 5,8 %, a 22,5 de meta.