El pasado 1 de agosto se cumplió el primer aniversario de una de las grandes proezas del deporte ecuatoriano como es la conquista del oro en unos Juegos Olímpicos.

La madrugada, en el país, de aquel día, pero en 2024, Daniel Pintado logró la hazaña de ganar en los 20 kilómetros de la marcha en la máxima cita que tuvo como escenario París.

En esa jornada, bajo un intenso sol en la capital francesa, el ecuatoriano fue perseverante y a medida que avanzó en la carrera escaló posiciones para luego celebrar el primer lugar teniendo como escenario la imponente torre Eiffel.

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Con ello, Ecuador, luego de 28 años, volvió a celebrar una presea en la misma disciplina, pues fue en Atlanta 1996 cuando Jefferson Pérez le dio a la nación su primera medalla olímpica de la historia al país.

Pintado, quien también logró plata en los relevos mixtos junto con Glenda Morejón, en una entrevista con EL UNIVERSO, rememora lo acontecido en París 2024, así como el giro que ha dado su vida tras ser campeón olímpico.

Sueña con repetir el título en Los Ángeles 2028 y lamenta que una lesión no le permitió participar en el Mundial de Atletismo de Tokio.

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Ha pasado ya un año de la conquista de la medalla en París, ¿qué sintió en aquel momento cuando obtuvo esta histórica presea?

Creo que fue una de las emociones más bonitas que he tenido durante toda mi vida. La satisfacción de cumplir un sueño, de que el trabajo ha sido realizado, del poder cumplir un sueño junto con mis hijos, mi familia, mis padres, y que todos lo puedan ver a través de una pantalla. Creo que eso es lo que pensaba y lo sentí en ese momento.

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Durante la prueba había momentos que se alejaba de los primeros lugares, sin embargo, no se rindió y volvía a estar entre los líderes. ¿Estaba seguro de que podía rematar entre los primeros?

Nosotros trabajamos para lograr esta medalla, creo que estaba muy tranquilo durante toda la competencia, porque creía que era la estrategia adecuada. En el primer kilómetro aparecí en la posición 29, después iba escalando poco a poco, a veces me ponía adelante para ver cómo estaba el ritmo, para ver cómo estaban los competidores, pero la idea era clara, ir con el grupo hasta el final y al final rematar.

Para eso nos preparamos, junto con Andrés Chocho, que es mi entrenador, planificamos eso y sabíamos que si es que llegábamos al final con uno o con dos no nos iban a poder ganar porque estábamos entrenados para eso.

¿En qué pensó cuando llegó a la meta como primero?

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Estaba muy emocionado, pensé en mi familia, en cómo estarán mis hijos en Cuenca, y también cómo quise estar a mi entrenador dentro del circuito ahí para ver dónde estará para poder llegar y buscarlo para abrazarlo, creo que eso era lo más importante que estaba pensando en ese momento.

¿De inmediato se comunicó con sus hijos?

Es una historia bastante bonita, porque lo primero que hice fue llamar a un amigo y no me contestó, después llamé a mi familia. Y en ese momento la que contestó el teléfono fue Monse (su hija). Pero fue inmediatamente de lo que terminé la competencia, ni bien cogí mi celular, lo primero que hice fue llamarles a ellos.

La Monse hablaba conmigo como preguntándome: ¿Por qué, papi, estás en París? ¿Por qué estás compitiendo? ¿Por qué no vienes acá? tenía tres 3 en ese momento. No entendía mucho lo que estaba pasando, pero yo estaba muy contento, porque podía ver que toda mi familia en Cuenca estaba reunida, festejando este triunfo, y pues creo que eso lo hacía más bonito.

¿Qué sentimiento tuvo cuando le tocaba recibir su medalla y entonar el himno nacional en el estadio de Francia?

Unos minutos antes de subirme al podio, yo sí estaba pensando en que voy a cantar fuertísimo el himno nacional, para que todos sepan que soy orgullosamente ecuatoriano y que estoy feliz de cantar el himno de mi país y todo. Pero en el momento que subí y cuando lo pusieron y entonaron el himno ya, fue totalmente diferente lo que pasó.

Me olvidé, no podía pensar en nada, solo quería llorar, solo estaba conectado con Dios, agradeciéndole todo lo que pude hacer, fue un sueño cumplido, capaz hubo un tiempo que ya incluso perdí la esperanza de poder ser campeón olímpico y en ese momento era como un momento de conexión con Dios y agradeciendo todo lo que pasó.

¿Qué le dijo Jefferson Pérez luego de que usted lograra lo que él en 1996?

Tuve la oportunidad de hablar con Jefferson porque estaba en París. Lo que hablamos fue que gracias a mí él había cerrado un ciclo, porque el primero era poder ganar una medalla olímpica y el segundo ver a alguien más ganar una medalla olímpica. Él estaba muy contento por lo que había pasado y básicamente esa fue nuestra conversación.

¿Cómo cambió su vida tras ganar la medalla?

Creo que cambió bastante en muchos aspectos, gracias a Dios, gracias a todos los ecuatorianos que pagamos nuestros impuestos, al Gobierno también que nos brindó una casa, que es donde están viviendo mis hijos. También algunas marcas empezaron a trabajar conmigo, he tenido bastante respaldo.

Este año ha sido un poco difícil para mí, tuve una lesión por la que tuve que pasar por el quirófano para una cirugía. Pero la verdad que creo que la esencia de un deportista es lo que se mantiene. Y cuando pasa algo así como muy grande en estos títulos, creo que esa esencia crece aún más. Entonces, si es que éramos unas personas sencillas desde el principio, creo que eso hemos podido mantener. Hemos tratado de apoyar a más deportistas con esto y de crear proyectos para el apoyo deportivo.

Estamos recuperándonos dentro de la parte física en la medida de lo posible, con la pausa necesaria que teníamos que darle y también estamos con proyectos para sostener y ayudar a los deportistas que vienen en un futuro.

¿Hay una responsabilidad adicional por el hecho de saber que ahora usted es un ejemplo, un modelo a seguir para los deportistas, en especial para los que se dedican a la marcha?

Sí. En realidad a todos estos chicos que no solamente están en la marcha, sino en todos los deportes, no lo vean tanto como deporte, sino que se enfoquen en la disciplina, el trabajo, el esfuerzo diario, en la resiliencia que tenemos todos los deportistas en general y que a través de esos principios se puedan motivar, dedicar, ellos también puedan servir de ejemplo para ser buenos deportistas, buenos artistas y buenas personas.

Creo que es un ámbito muy general todo lo que nosotros podemos aportar y la responsabilidad que yo tengo es ser un gran ejemplo en todos los aspectos que hago. Si tengo proyectos deportivos, hacerlos de la manera más limpia posible. Si tengo que levantarme después de una caída como esta lesión, tengo que hacerlo de la mejor manera y tengo que ser ejemplo para saber que si te caes, te puedes levantar y puedes volver a tener los triunfos que alguna vez no tuviste.

Con los logros obtenidos, ahora en toda prueba que compita Daniel Pintado lo mirarán como candidato a ganarla. ¿La presión para usted ahora es más grande?

Creo que sí hay un poco más de presión, pero es una responsabilidad, estamos listos para eso, mentalmente estoy listo, quiero ser campeón olímpico nuevamente y llegar a lo más alto cuando vuelva a competir en marzo, creo que lo haré en Brasil y ser nuevamente campeón mundial de marcha. Son mis objetivos que me planteo, tengo en mente que los puedo saber llevar bien.

La verdad que la presión debe estar ahí, pero obviamente fuimos campeones olímpicos y si ya lo hicimos una vez y con menos apoyo y ahora tenemos el mismo equipo de trabajo, hemos mejorado muchos aspectos, tenemos el apoyo de todo un Ecuador y el de muchas empresas que están respaldándonos, creo que la preparación puede ser mejor y va a ser incluso más difícil el explicar por qué no ganamos.

¿Cómo es la preparación de un deportista que quiere, por ejemplo, llegar a ser campeón olímpico?

La preparación es muy dura. Básicamente se basa en entrenar, dormir, alimentarse correctamente, recuperar el cuerpo y eso todos los días. Entonces, hemos estado en campamentos de cinco meses fuera del país, solamente el entrenador, el equipo y yo en un lugar donde solamente existe una pista de entrenamiento, donde todo es recuperación y recuperación, descanso y entrenamiento.

Entonces, la verdad al final llega a ser un poco cansado mentalmente, pero si un deportista tiene la convicción de dónde quiere llegar, cuál es el objetivo, creo que eso lo hace pensando en llegar a lo más alto del podio olímpico. Y en caso de que eso no se llegue a dar, siempre uno queda con la mentalidad, con la tranquilidad de que hizo todo lo posible para poder llegar a donde quiere estar.

¿Fue complicado no ir al Mundial de Atletismo debido a una lesión?

Son cosas que pasan, la verdad agradezco mucho a Dios que me pasó después de los Juegos Olímpicos, ya venía arrastrando un dolor desde bastante tiempo atrás, entonces estuve muy tranquilo, obviamente ver ganar a algunos chicos en los 35 kilómetros marcha me daba la posibilidad y decía yo seguramente era campeón olímpico si nada malo pasaba. Pero entiendo que el tiempo de Dios es perfecto.

Estoy trabajando muy bien. Ahora mismo estoy en mi propia batalla. Hay días en los que estoy en la fisioterapia e incluso me esfuerzo tanto, trabajo duro. Nunca he dejado de trabajar. He estado cuatro meses en Barcelona recuperándome, tratando de hacerlo mejor. Así que creo que mentalmente estoy mucho más fuerte, físicamente también, y ahora solo hay que trabajar esos pequeños detalles para volver más fuerte y lo más rápido posible.

¿Qué proyecta de aquí camino a Los Ángeles 2028?

Primero recuperarme al 100 %, en marzo quiero competir en el Campeonato Mundial de Marcha por Equipos, ver si es que hay la posibilidad de llegar al 100 % y ganar esta prueba. Quiero competir en los Juegos Sudamericanos, los Panamericanos, ganar nuevamente esos juegos, tengo dos medallas de oro. Quisiera tener tres también y llegar a los Juegos Olímpicos en Los Ángeles de la mejor forma. Espero que las lesiones nos puedan respetar la preparación y creo que no habría ninguna razón por la que no podamos ganar. (D)