Neisi Dajomes y Angie Palacios regresaron a casa con dos medallas olímpicas de bronce en París 2024. Aunque están en busca de un merecido descanso, ya tienen la mirada puesta en Los Ángeles 2028 para lograr más metas y “volver a dar más alegrías al país”.

Las halteristas tricolores arribaron este lunes, 12 de agosto, a Quito, y en un breve contacto con los medios contaron detalles de lo que fue preparar el camino para llegar a París 2024, en un hecho inédito, poco usual a nivel mundial, con dos hermanas en el podio, con medallas en un mismo deporte y en diferente categoría.

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“Hemos hecho historia”, dijo Neisi, confirmada su presencia en lo más grande del deporte nacional al sumar su segunda medalla olímpica, luego del oro en Tokio 2020. “Después de la primera medalla mucha gente esperaba otro oro, pero esto (bronce) tiene un valor muy grande y en el caso de Angie también”, dijo la medallista de los 81 kilogramos, quien debió subir de peso con relación a Tokio 2020 (76 kg) después de la unificación de categorías por parte de la federación internacional.

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Neisi y Angie subieron al olimpo, pero el andar no fue fácil. Lesiones, cambio de entrenador, desgaste emocional y físico fueron parte de este trajín al éxito, con “tiempos de prueba” para mantenerse en un camino que al final las tiene “agradecidas con el resultado” y con la gente que las apoyó para llegar a una medalla olímpica.

Lo más duro para Neisi fue en 2023, con la pelea por la clasificación para los Juegos. “Pasé todo el año lesionada; no daba más mi cuerpo, mi mente y emocionalmente tampoco”, dijo. Fue un caso similar para Angie, quien debió sortear lesiones, incluso una que tuvo un mes antes de llegar a París. “Se nos hizo muy duro todo, pero los objetivos estaban marcados”, indicó.

En su llegada a Quito, Angie Palacios (i) y Neisi Dajomes recorrieron las calles del centro y norte de la capital en una caravana que se inició en el estadio Olímpico Atahualpa y cerró en las instalaciones de la Concentración Deportiva de Pichincha. Foto: API

Luego de años de trabajo con el entrenador ecuatoriano Walter Llerena, las hermanas decidieron un cambio y regresaron a estar bajo la dirección del ruso Alexei Ignatov, “no porque Walter sea mal entrenador, sino porque le tocó pasar la peor parte de nuestras vidas como deportistas por eso de las lesiones. Pero decidimos un cambio y las cosas salieron bien”, contó Dajomes, agradecida también por las enseñanzas del ambateño.

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Con Ignatov trabajaron los ocho meses de 2024. “Logramos salir de ese hueco en el que nos encontrábamos un tiempo y los resultados hablan por sí solos. Estar dos hermanas por primera vez en un podio, compartiendo en el mismo deporte, creo que se ha hecho historia por ese lado”, apuntó Dajomes.

El objetivo para Angie y Neisi se centra ahora en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028. “Hay mucho más por dar, mucho por hacer, quedan pendientes más sueños, más metas, más marcas. Necesitamos apoyo, todos los deportistas lo requieren y para eso hace falta que se unan las entidades públicas y privadas porque hay mucho talento”, expresó Dajomes.

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“Tenemos un ciclo entero, hay tiempo para poder hacer las cosas bien en todo sentido y sobre todo para seguir entregando más alegrías al país”, cerró Palacios. (D)