Como ponerse al día con una amiga del colegio, así se sintió la conversación que tuvimos con Viviana Salame, quien nos atendió desde la sala de su casa, en ropa casual y con el rostro impecable. La guayaquileña se presenta como una mujer sencilla, mujer porque alcanza los 25 años de edad, aunque aún se considera niña de corazón.

Con un ánimo completamente genuino y una sonrisa en el rostro, Viviana nos contó cómo se está tomando esta fama inmediata que está ganando al ser estrella de redes sociales y nos compartió su pasión por el mundo del arte y la actuación, un sueño que ha albergado desde los 13 años. Su trayectoria comenzó en la Universidad de las Artes, donde se licenció en Artes Escénicas, y desde entonces ha estado navegando por el universo de las redes sociales y el mundo del espectáculo.

Para Viviana, las redes sociales se han convertido en una herramienta poderosa y en un escenario inesperado de reconocimiento. Comenzó a crear contenido durante la pandemia, impulsada por el deseo de romper con la rutina y el aburrimiento. Su presencia en plataformas como TikTok e Instagram ha crecido exponencialmente, siendo estos espacios una vitrina para mostrar su talento y conectar con un público diverso. Gracias a esta exposición, ha tenido la oportunidad de participar en diversas producciones audiovisuales y teatrales.

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Viviana insiste en que no se considera una influencer, sino una creadora de contenido. Para ella, sus redes son como un canal de televisión, un espacio donde compartir momentos de alegría y risas. Además, confiesa que fue a través del pódcast Sorbito de opinión, el cual comparte con Alex Vizuete y Luciana Guschmer, donde la audiencia ha podido conocerla a un nivel más profundo y personal, lo que le ha permitido construir una relación más cercana y humana con sus seguidores.

Sorbito de opinión

Este proyecto, en particular, ha sido una revelación. Iniciado en abril de este año, fue un largo proceso de gestión y producción donde se realizaron castings y pruebas para encontrar la combinación perfecta de colaboradores. Viviana admitió haber pensado que el proyecto sería un fracaso, pero los resultados hablan por sí mismos: casi 50.000 suscriptores y cada episodio acumulando 250.000 vistas. Este formato de stream/pódcast, aunque ya popular en Argentina y España, es innovador para Ecuador, y el público ha respondido con entusiasmo, valorando especialmente la calidad del contenido producido.

La frescura y espontaneidad de Sorbito de opinión no son accidentales, sino fruto de un método de trabajo que, aunque puede parecer casual, tiene sus propias reglas y dinámicas. Viviana nos desvela parte de ese proceso creativo, mostrando cómo los temas de cada episodio son seleccionados y desarrollados.

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Un aspecto interesante que Viviana destaca es la autonomía que tienen al elegir los temas para cada episodio. Aunque cuentan con la supervisión de un jefe, este les da plena libertad en la elección de los contenidos. Esta libertad no solo facilita la originalidad y variedad de cada programa, sino que también permite que las conversaciones fluyan de manera más natural, sin la presión de seguir un guion preestablecido.

La elección de temas se realiza a través de lluvias de ideas entre los miembros del equipo. Se lanzan propuestas al aire y a partir de ahí se decide qué temas serán los protagonistas de cada emisión.

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A pesar de esta libertad, existe una estructura general que siguen: una especie de “esqueleto” que ayuda a darle forma y coherencia al episodio. Por ejemplo, pueden comenzar hablando sobre “las primeras veces”, pasar a discutir sobre “relaciones y amistades”, compartir anécdotas de “fiestas” y finalizar con un juego interactivo.

Sin embargo, lo más intrigante es la espontaneidad con la que se desarrollan estas conversaciones. Aunque tienen un punto de partida, nunca se sabe con certeza a dónde les llevará el episodio. Como bien dice Viviana: “simplemente hablamos y ahí vemos qué material surge y a qué nos aferramos en ese momento”. Es esta autenticidad y espontaneidad las que, sin duda, cautivan a la audiencia y hacen que cada episodio sea una nueva aventura para el oyente.

Sobre su rol en el pódcast, Viviana no solo es la conexión con el público, sino que también aporta su propio toque humorístico al programa. Con sus caras y gestos que arrancan carcajadas, compite codo a codo con Alex en el ámbito de la comedia. Sin embargo, su esencia va más allá de las risas, y como ella misma lo dice, se considera una mezcla entre comediante y la que aporta reacciones auténticas. Esta dualidad en su personalidad la convierte en un pilar fundamental del programa.

¿Actriz de melodrama o de comedia?

Mientras continuamos nuestra charla con Viviana, una de las cualidades que resalta es su sorprendente adaptabilidad y evolución como artista. La joven creadora de contenido nos brinda un vistazo a cómo su percepción sobre sí misma ha cambiado con el tiempo y cómo ha descubierto facetas insospechadas de su talento.

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Su travesía en el mundo del arte comenzó con una inclinación hacia el melodrama. Durante su etapa formativa, sentía un llamado a explorar la profundidad y la intensidad del drama. Es interesante cómo ella misma recuerda que no se consideraba “chistosa”. La idea de que no tenía un hueso cómico en su cuerpo era algo con lo que se identificaba. Sin embargo, la vida, en ocasiones, tiene formas curiosas de mostrarnos que hay más en nosotros de lo que creíamos. Y en el caso de Viviana, las redes sociales jugaron ese papel revelador. La respuesta abrumadora de su público le mostró que, en realidad, tenía un talento innato para la comedia.

Aunque la comedia ahora ocupa un lugar prominente en su repertorio, Viviana no se ha desviado completamente del melodrama. Sus actuaciones en obras de teatro, especialmente en el prestigioso Teatro Sánchez Aguilar, evidencian su habilidad para navegar entre el drama y la comedia. Esto, sin duda, es una muestra de su versatilidad como artista.

Por un lado, está la Viviana que hace reír a su audiencia con gestos y ocurrencias en las redes sociales. Por otro, está la Viviana que se sumerge en personajes profundos y conmovedores en el escenario teatral.

Apasionada por el teatro

Si tuviera que elegir entre actuaciones en plataformas audiovisuales y el teatro, su corazón claramente se inclina hacia el escenario teatral. A diferencia del mundo audiovisual, donde se pueden hacer múltiples tomas, el teatro se vive en el momento. Es el “aquí y ahora”, y esa inmediatez, ese compromiso total con el momento presente es lo que le atrae poderosamente.

El entusiasmo de Viviana alcanza un pico particularmente alto cuando habla de teatro musical. Está a punto de embarcarse en una emocionante aventura: su debut en el teatro musical con la obra Charlie y la fábrica de chocolate, dirigida por Jaime Tamariz.

La perspectiva de combinar su pasión por el teatro con la energía y expresión del musical la llena de emoción. Aunque reconoce que el teatro musical no tiene una presencia tan fuerte en el país y las oportunidades son limitadas, su deseo de sumergirse en este género es indomable.

Planes a futuro

A pesar de sus logros actuales, Viviana reconoce la necesidad de seguir formándose en las artes escénicas e incluso la posibilidad de una maestría. Si bien originalmente tenía planes de mudarse tan pronto como se graduara, la vida le presentó un giro inesperado con el éxito del pódcast, así que se ve en Ecuador durante un tiempo considerable, pero no descarta el poner su carrera como prioridad.

¿Y su comunidad digital?

Mantener una presencia en las redes sociales no es tan simple como solo publicar y esperar interacciones. Para Viviana, es comparable a tener una relación. Si desapareces, la gente se da cuenta, y puedes perder el alcance y la conexión con tu audiencia. Ella encontró que para realmente conectar con una audiencia y construir una comunidad, tiene que humanizar su marca, es decir, ser auténtica, estar presente y realmente interactuar con sus seguidores.

“Es un trabajo exigente que requiere tiempo, energía y dedicación. Además, está el desafío constante de ofrecer contenido que atraiga y retenga a los seguidores”, manifiesta.

El costo emocional de estar bajo el ojo público

No todo es técnico y estratégico. Hay un costo emocional en exponerse en línea. Las redes sociales abren la puerta a un mar de opiniones, y no todas son constructivas o amables. La capacidad de las personas para hablar, opinar y comentar sin restricciones puede ser abrumadora. Para manejar la presión y el impacto emocional, Viviana encuentra apoyo en la terapia, asistiendo dos veces por semana.

Para ella, algunas plataformas sociales parecen ser más tóxicas que otras. Considera que Twitter es uno de esos lugares donde se concentra la cultura de cancelación. Es una plataforma donde la gente se siente libre de expresar sus opiniones sin considerar las consecuencias o el impacto emocional que puede tener en la persona del otro lado de la pantalla. Aunque Viviana tiene una cuenta de Twitter, ha optado por no usarla activamente debido a la negatividad que a menudo encuentra allí. Siente que mientras algunos proclaman simplemente “dar su opinión”, a menudo carecen de tacto y sensibilidad al expresarse.

TikTok es la plataforma favorita de Viviana. Para ella, ofrece una sensación de libertad que no encuentra en otras redes. Se siente menos restringida en TikTok, donde puede subir videos rápidamente, sin preocuparse demasiado por la perfección o la presentación. En contraste, ve a Instagram como un portafolio o una carta de presentación. Es un espacio más curado, donde siente que necesita considerar dos veces lo que comparte. Además, es consciente de que su perfil de Instagram es visto por profesionales, directores, familiares y otros con quienes quiere mantener una cierta imagen.

Viviana detrás de las cámaras

Es la menor de tres hermanas. Creció en un hogar donde cada una encontró su propio camino. Una de sus hermanas trabaja en el sector hotelero y la otra se desempeña en la producción audiovisual, lo que de alguna manera la conecta con el mundo artístico de Viviana. Sin embargo, al ser la más pequeña se distinguió por ser la más extrovertida, la “oveja negra”, la que montaba espectáculos hogareños y hacía reír a todos.

En su tiempo libre, es una consumidora voraz de series y películas. De hecho, confiesa haber terminado una serie de Netflix, One Piece, en un solo día. No solo disfruta de las tramas, sino también de conocer el trasfondo de los artistas. Tras ver una serie o película, se sumerge en la vida de los actores para entender su proceso y cómo abordaron sus roles.

También le fascina la escenografía. Y, como buena amante del arte, la música es otra de sus pasiones. Durante el fin de semana disfruta saliendo con amigos y, por supuesto, comiendo. La gastronomía es otra de sus grandes pasiones y se considera una foodie en potencia.

Amor y relaciones

Ha encontrado el amor junto a Sebastián Acosta, el director de Pandemials. Se conocieron mientras trabajaban juntos y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Aunque al principio estaba con otra persona, con el tiempo la relación con Sebastián floreció.

Se define a sí misma como una persona intensamente apasionada en sus relaciones. Es de las que se aferran profundamente a sus emociones y cree en el compromiso y en las relaciones duraderas.

Inseguridades y desafíos

A pesar de su presencia en las redes y su habilidad para conectarse con la audiencia, Viviana confiesa que es muy insegura. A menudo se siente incómoda frente a la cámara y cuestiona constantemente su trabajo. Esta inseguridad la ha llevado a desafiar sus propios límites. De hecho, decidió embarcarse en el proyecto del pódcast como una forma de enfrentar sus miedos y seguir el consejo de su psicóloga: probar cosas nuevas y salir de su zona de confort. (E)