Cientos de familias peruanas dependen de la minería aurífera para sobrevivir, pero su búsqueda desesperada de oro desata una catástrofe climática silenciosa.
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Operaciones mineras han destruido más de 550 hectáreas de turberas en las últimas tres décadas, liberando entre 200 mil y 700 mil toneladas de carbono.
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Cientos de familias peruanas dependen de la minería aurífera para sobrevivir, pero su búsqueda desesperada de oro desata una catástrofe climática silenciosa.