Alguien en un mercado de ámbar en Myanmar estaba a punto de vender una piedra pulida como joya barata, convencido de que los restos atrapados dentro eran solo material vegetal. Error. Lo que brillaba en ese trozo de resina fosilizada de 99 millones de años era la cola completa de un dinosaurio emplumado del tamaño de un gorrión, con huesos, piel, carne y plumas intactas.