La Iglesia, el Gobierno y pobladores de El Salvador celebraron como un “día grande” el anuncio del Vaticano de la próxima canonización de Óscar Romero, asesinado en 1980 por la ultraderecha que no le perdonó su mensaje de justicia social.

“Monseñor, estás en el corazón del pueblo”, coreaban centenares de jóvenes que, tras la noticia, hicieron una peregrinación a la capilla del hospital para enfermos de cáncer La Divina Providencia, donde fue abatido Romero mientras celebraba una misa.

“Es un día grande para El Salvador” y “es una sorpresa que esperábamos”, exclamó el cardenal y obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, quien presidió una misa con los peregrinos.

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René Martínez, de 16 años, uno de los estudiantes que animadamente cantaban a Romero, portaba un cartel con un dibujo del rostro de su santo y dijo que le hubiera gustado conocerlo en vida por ser “un ejemplo” para los jóvenes.

A una cripta en la catedral de San Salvador, donde reposan los restos del arzobispo, acudieron muchos para dejar una flor sobre el mausoleo o prender una vela y rezarle. El Vaticano comunicó que el papa Francisco firmó los decretos que permiten la canonización del papa Pablo VI (1963-1978) y de Romero, que por defender a los pobres fue calificado como “la voz de los sin voz”.

El decreto reconoce un milagro atribuido a monseñor Romero, en la última etapa antes de ser elevado a los altares, luego de que fuera beatificado el 23 de mayo de 2015. Rosa Chávez explicó que “el milagro de Romero es de una señora que iba a morir al dar a luz, ella o su hijo o los dos. Monseñor intercedió y se salvaron los dos”.

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Según explicó el postulador de la causa de Romero, monseñor Rafael Urrutia, el caso de la mujer se remonta a 2015 cuando, estando embarazada de su tercer hijo, presentó preeclampsia con una subida de presión arterial y le fue practicada una cesárea de emergencia. Posteriormente fue llevada a un hospital del Seguro Social, en donde los médicos le diagnosticaron síndrome de Hellp.

Estando ella en esa condición crítica, su esposo tomó una Biblia y de ella cayó una estampa de Romero que ponía una oración para pedir su intercesión por un milagro. Él, junto con otros amigos, rezó por días esa oración y “el fruto de ello es que Cecilia salió pronto del coma”, sostuvo Urrutia.

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Burocracia se suma
A la celebración se unió el presidente Salvador Sánchez Cerén, quien dijo: “Me uno a la alegría del pueblo salvadoreño ante el anuncio del Vaticano”.

Legado
Romero defendió a los pobres y denunció la injusticia social y la represión militar, por lo que fue vilependiado por la derecha y el Ejército y hasta por obispos y cardenales conservadores. (I)