Un nuevo capítulo del enigmático caso de Emanuela Orlandi, la hija de un funcionario del Vaticano que desapareció misteriosamente en 1983, se abrió ayer con la inspección de dos osarios (lugar destinado en las iglesias o los cementerios para reunir los huesos que se sacan de las sepulturas), descubiertos en un sótano del Cementerio Teutónico de la Santa Sede.

Se extrajeron osamentas por la mañana cuyo análisis morfológico, que se inició en el mismo lugar, “seguirá el sábado 27 de julio”, señaló en un comunicado la Santa Sede. “No esperábamos tantos huesos. Se han encontrado miles de huesos, así que imaginamos que corresponden a docenas de personas”, dijo Giorgio Portera, un genetista designado por la familia Orlandi, al abandonar el cementerio alemán del Vaticano.

Los análisis corrieron a cargo del profesor Giovanni Arcudi (especialista en medicina legal designado por el Vaticano), en presencia de un experto nombrado por la familia Orlandi, según los protocolos reconocidos a nivel internacional”, indicó la Santa Sede. Este descubrimiento se añade al intento del papa Francisco de ayudar a la familia de Emanuela. (I)