Andrés Alvarado tiene 28 años y es el que sale a comprar los alimentos para su casa, en el norte de Guayaquil. Siempre usa mascarilla, lo rocían con alcohol al llegar, se baña y cambia de ropa de inmediato. Él ya lleva tres días son estornudos continuos y algo de moquera. En su casa le separaron platos y por poco lo obligan a aislarse porque pensaron que se trataba de un caso de COVID-19. Sin embargo, él no presentó fiebre ni tos ni malestar adicional, por lo que le diagnosticaron resfriado común en una consulta de telemedicina privada.