Los pedidos extorsivos afectan las labores y recorridos de transportistas de servicio urbano en Guayaquil, sobre todo en Nueva Prosperina.
La Policía ha conocido que al menos cuatro líneas de transporte público conviven con amenazas en las recientes semanas en Nueva Prosperina, uno de los distritos más conflictivos de Guayaquil por los índices de muertes violentas.
En el primer trimestre del año, en ese distrito que incluye zonas populares como Monte Sinaí y Flor de Bastión se contabilizaron 244 muertes violentas. Entre 2023 y 2024 fueron 964.
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En días recientes, los choferes de las líneas 49, 114 y 6 han expuesto que han sufrido amenazas y atentados por parte de bandas delictivas.
Los ataques dirigidos a estas unidades han cobrado la vida de una mujer de 54 años y han dejado heridos a dos ciudadanos, en distintas ocasiones, uno de ellos es conductor de bus.
Dos días antes de explosión en casa de Samanes 2 hubo un altercado en vecindario
Víctimas en atentados contra buses
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El caso más reciente se registró alrededor de las 05:30 del viernes 16 de mayo, en el noroeste de la ciudad.
“Una desgracia con felicidad”, así describió el ataque un conductor de la línea 6 en Guayaquil, quien se salvó de ser asesinado en un ataque armado en la estación de buses ubicada en la Francisco Jácome, justo cuando se disponía a iniciar su recorrido.
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En un video compartido en redes sociales, el hombre relató que resultó herido en un brazo.
Otro altercado se registró la tarde del miércoles 14 de mayo, cuando una unidad de la línea 114 circulaba por Flor de Bastión, en el noroeste de la urbe.
Según testigos, un sujeto en moto atacó al bus disparando en varias ocasiones. Este hecho dejó herida a una mujer.
En otro caso, el pasado 1 de mayo, una unidad de la línea 49 fue atacada por sujetos que exigían el pago de la ‘vacuna’. En el hecho hubo como víctima colateral una pasajera que subía en ese momento al transporte público.
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La mujer de 54 años murió al recibir disparos cerca de la espalda.
Situación de los choferes de buses afectados
Entre conductores, que evitan identificarse por temor a represalias, exponen las afectaciones que tienen por el pago recurrente de distintas cantidades de dinero.
“Hemos pagado aproximadamente $ 170.000 desde el 2023 hasta la fecha a una de estas organizaciones”, relató uno de los afectados por las vacunas extorsivas que cobran integrantes de bandas delictivas del noroeste de Guayaquil y que acechan a los conductores de las dos líneas de buses, 49 y 114, que se integran en una cooperativa.
Estas líneas pertenecen a una cooperativa que cubre recorridos que salen desde Flor de Bastión y avanzan hasta la Martha de Roldós, el centro de la ciudad y la terminal terrestre matriz de Guayaquil.
Según el testimonio del afectado, los directivos de la cooperativa han puesto la denuncia. Sin embargo, aseguran sentirse abandonados y se han visto obligados a pagar las vacunas para poder continuar trabajando.
Para algunos, este trabajo significa su sustento diario. Varios de ellos dijeron vivir con el temor de salir a trabajar y no regresar a sus hogares, debido a las constantes amenazas que reciben.
“Mi familia depende de mí y no sé qué sería de ellos si en algún momento les llego a faltar”, dijo uno de los afectados.
El conductor sostuvo que cada afiliado de la cooperativa debe pagar cerca de $ 200 para completar los $ 5.000 que le toca pagar a cada línea mensualmente.
El denunciante también explicó que al momento de realizar su recorrido diario, justamente en la salida de Flor de Bastión, él y sus compañeros en el camino se han encontrado con personas que bajo amenazas exigen una contribución de entre $ 1 y $ 0,50.
“Esto es de manera esporádica, lo que sí pagamos fijamente son $ 200 por socio para completar los $ 5.000”, detalló.
Situación de los choferes de buses de la línea 6
“Pagamos una cuota semanal para poder trabajar”, comentó un conductor afectado de la línea 6.
El trabajador manifestó que, en caso de no pagar el monto exigido, son amenazados.
“Los extorsionadores dicen que si pagamos, nos brindan seguridad, pero si dejamos de pagar, ellos mismos nos roban”, contó.
El testigo explicó que en la última semana, los presuntos extorsionadores han incrementado el valor de la denominada ‘vacuna’.
La cantidad que deben pagar es manejada por ciertos integrantes de la cooperativa, quienes se encargan de recaudar un valor semanal y otro mensual, añadió el conductor.
“A veces nos piden $ 5 para cubrir el valor semanal y a fin de mes es otro pago”, señaló el trabajador.
Uno de los choferes afectados contó que sujetos a bordo de motocicletas estarían vigilando los recorridos para informar a las bandas delictivas.
Cuando los buses ingresan a ciertos sectores, son interceptados por motociclistas que revisan si los conductores tienen tatuajes alusivos a grupos delincuenciales contrarios a los de esa zona, relató.
La ruta de la línea 6 cubre sectores como la Entrada de la 8, Gallegos Lara, Nueva Prosperina, Mapasingue, Urdesa, Víctor Manuel Rendón y el hospital Vernaza, para luego retornar.
El testigo expresó estar preocupado ya que han recibido amenazas de que, en caso de no realizar el pago exigido, “las cosas se complicarán” en las siguientes semanas.
Policía realiza indagaciones sobre extorsiones
Sobre estas amenazas, la Policía de Nueva Prosperina refirió que se realizará patrullaje permanente en las rutas por donde circulan estas unidades y se desplazarán agentes vestidos de civil para apoyar en las labores investigativas.
“Continúa la investigación para verificar si hay más personas afectadas“, dijo Marco Vallejo, jefe de ese distrito policial.
Entre las acciones policiales, el viernes 16 la Policía retuvo a doce supuestos integrantes de Los Tiguerones que se dedicaban a actividades extorsivas en el sector Las Cañas, perteneciente al mismo distrito. Entre los aprehendidos constan tres menores de edad.
En tres inmuebles hallaron siete explosivos y cuatro armas de fuego que se usaban para cometer asesinatos, robos a mano armada, secuestros y extorsiones para comerciantes y habitantes de la zona.
Uno de los sitios intervenidos era usado como supuesto centro de rehabilitación clandestino, administrado por alias Millonario, catalogado como objetivo de valor intermedio, sostuvo Víctor Ordóñez, comandante de la Zona 8 de la Policía Nacional.
El personal policial y militar instó a la ciudadanía a denunciar a través de la línea 131 para dar con sujetos que se dediquen a actividades irregulares. (I)