‘Es la segunda vez que mi carro queda bajo el agua; ese es otro gasto’: dueños de carros con afectaciones por lluvias en Guayaquil

“Yo solo vi por la ventana que la calle estaba inundada y ya me imaginé cómo iba a estar mi carro”, dijo Carmen Correa.

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Ella vive en la Alborada 14.ª etapa, sector que este jueves 23, se llenó de agua.

Correa no asistió a su trabajo, se excusó con su jefe porque le era imposible salir de su edificio.

En una de las herraduras de la Alborada 13.ª los vehículos quedaron bajo el agua y llegó hasta los retrovisores en el caso de los más pequeños.

Esta sería la segunda vez en el año en que los vehículos se llenan de agua. La lluvia de hace dos semanas generó afectaciones en al menos diezcarros que se estacionan en la manzana 23, dijo Roberto Torres, residente del sector.

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En la zona de Samanes 6, los vehículos afectados fueron los que estaban en las aceras de las viviendas que colindan con la zanja.

Hasta la mañana de este jueves, el agua en ese sector no había logrado bajar debido a que la zanja estaba repleta.

Una mujer que vive en la zona de Samanes estaba inquieta, pues era la segunda vez que su carro estaba bajo el agua. Hace dos semanas lo tuvo que llevar al taller y esperaba que en esta ocasión el daño no sea mayor.

En la avenida Isidro Ayora y calle Rizzo que conecta con Samanes 1 y 2, algunos vehículos se quedaron averiados en medio de la vía.

Miguel Hidalgo, propietario de un taxi, tuvo que meterse debajo del carro para constatar el daño que le provocó cruzar por un charco profundo de agua.

“Se me salió el protector de polvo, entró agua al tubo de escape y el radiador estaba repleto de agua. Ahora esperar que venga una grúa a rescatarme”, dijo el conductor.

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Sauces 6 también es otro sector que registra vehículos bajo el agua. En esa zona, además, los vecinos han optado por colocar cintas a manera de prevención para que los vehículos no ingresen y continúen dañándose.

En otras avenidas del norte, como la Juan Tanca Marengo, vía a Daule y Orellana, conductores debieron detener la marcha ante tramos que estaban anegados y que apagaban los autos. (I)