Las banderas celeste y blanco colgadas en lo alto de las peatonales adoquinadas de La Atarazana y, además, el pintado de los postes con similares tonos avivan, enorgullecen y entusiasman a los vecinos de esta tradicional ciudadela, en este mes de festejos por los 488 años de proceso fundacional de Guayaquil.

Desde hace unas semanas, un total de 38 peatonales lucen con estos colores y atraen las miradas de quienes circulan por el interior de los callejones y también de los que transitan por la avenida Plaza Dañín y otras calles adyacentes a la ciudadela.

En este sector, Richard Maldonado, presidente del comité barrial de La Atarazana, junto con otros 36 coordinadores de igual número de peatonales se encargaron de la organización de la decoración en las peatonales y se alistan para dos eventos que tienen programados este fin de semana, antes de la feria de recordación, el 25.

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Justamente, este comité de la ciudadela ha impulsado mejoras en seguridad, entre esas acciones la instalación de rejas que limiten el acceso a antisociales y den más seguridad a los vecinos del sector, puesto que esta zona en los últimos años había sido afectada por actividades delictivas.

Esta actividad ha motivado la unión y un ambiente de mayor posibilidad de salir a caminar con un nivel de tranquilidad en peatonales, según vecinos.

En estos espacios, durante el resto del año, el comité promueve diversas actividades que sigan motivando a la ciudadanía, como la llegada de brigadas de salud, festejos por cada una de las festividades o Día de la Mujer o del Niño y, además, la entrega de implementos o donativos en convenio con la empresa privada.

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“Al ver la seguridad que se logró con la integración, la gente trata de entre ellos reunir una cuota y dar por ese espíritu de fiestas julianas. Con obras y servicios hemos tratado de mantener unidos a los vecinos”, comentó Maldonado.

Para este mes de festejos por la urbe, en el parque central de La Atarazana habrá una feria de venta de comida criolla y un festival musical que lleva seis años de tradición con sus moradores actuales.

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El sábado 22, en la mañana, habrá un evento con juegos y concursos de niños, comida criolla, y luego a partir de la tarde se realizará un festival juliano con grupos folclóricos, de salsa y pasillos, en el que se prevé la concurrencia de decenas de ciudadanos de la zona.

En el primer evento, los presentes compartirán actividades lúdicas tradicionales como el palo ensebado, ensacados, partidos de índor, el huevo con la cuchara, entre otros. En este año, el comité central de una institución educativa de la zona se unirá para organizarse y vender comida con el fin de reunir fondos para mejoras en esa institución.

“Tratamos de dar ejemplo a nuestros coordinadores de las distintas peatonales, ellos se han motivado y que la tradición siga, que sean eventos familiares, que podamos recordar un año más de fundación de nuestra ciudad”, dijo Maldonado, quien lleva 33 años en el sector.

Vecinos se muestran orgullosos de mantener fiestas julianas en su sector. Foto: El Universo

Asimismo, para el domingo 23, en cada peatonal que tiene cerramiento con garajes comunitarios se dará un evento entre los vecinos, principalmente para que los niños puedan compartir juegos clásicos y comida.

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“¿Qué ha motivado a la gente a salir en La Atarazana? La unión y la integración que hemos dado como ejemplo estos años, y ya ven las obras que no habían visto hace mucho, tiempo como tener la tranquilidad de estar aquí conversando y saber que no va a entrar una moto para robar. Eso hace que la gente se motive a salir a cualquier actividad que los invitemos”, ratificó Maldonado.

Entre los vecinos se percibe el entusiasmo por aportar con su tiempo, habilidades, idea e incluso contribuciones voluntarias.

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Celina Crespo, quien tiene 81 años y alrededor de 60 años en la zona, es una de las moradores a las que le gusta incentivar a sus vecinos y colaborar en la organización de las actividades.

Ella fue una de las promotoras que con otros tres vecinos se encargaron de la decoración de una cuadra y del pintado de los postes durante cinco días. Además, entre sus decoraciones planeaba colocar un Juan Pueblo de cartón para dar la bienvenida a los vecinos que usan una puerta eléctrica que sirve de ingreso a la peatonal.

En su peatonal, así como en el resto de callejones, ella contó que a las 19:00 del domingo 23 tendrá una reunión de vecinos para hacer una comida, tipo asado, compartir canciones y bailes.

“Tenemos que estar unidos para que todo esto mejore”, comentó la señora, quien con su hija promovieron la implementación de una puerta eléctrica para evitar detenerse en el ingreso y sufrir algún tipo de robo.

Otro vecino oriundo de San Cristóbal (Galápagos), Ricardo Flores, con más de 50 años en la zona, recordó que en sus inicios se daban fiestas del barrio, pero con el paso de los años, debido a la delincuencia, se fue perdiendo esa costumbre.

“Ya no había esa confianza de hacerlo, aquí en 55 años hemos visto muchas generaciones, empezaron a meterse en sus casas y eso ha ido matando poco a poco la confianza. Ahora vemos renacer, esto es algo positivo”, mencionó el morador de 80 años, que también se unió para colaborar económicamente con los preparativos de los eventos.

Maldonado sostuvo que dentro de las actuales condiciones sería ideal que en las peatonales que ahora cuentan con rejas se pueda celebrar, como sucedía en décadas anteriores, en los exteriores de sus viviendas a la espera del amanecer del 1 de enero, sin temor a que suceda algún escenario de delincuencia.

“Qué bonito sería. El tener garajes comunitarios motiva a integrarse a la gente, porque hemos tratado de tener unas medidas de seguridad en favor de la comunidad, pero realizadas por nosotros como comunidad. Eso motiva a que en las fiestas julianas la gente se integre y los adultos mayores puedan motivarse y recordar lo que antes hacían ellos cuando Guayaquil era distinto”, expuso él. (I)