Desde las calles históricas hasta modernas edificaciones, Guayaquil ha sido testigo del paso del tiempo y de la evolución de sus tradiciones. Una de esas tradiciones es la elección anual de su reina, una figura que va más allá de un rostro bonito, y que busca representar a la mujer guayaquileña en todo su esplendor: inteligencia, carácter y compromiso con la sociedad.

El 4 de octubre de 2023, la urbe porteña eligió a tres jóvenes embajadoras que se encargarán de llevar la voz y el sentir de Guayaquil a cada rincón. Sabina González, de 21 años, ahora lleva con orgullo el título de reina de Guayaquil; María José Ferruzola, de 24 años, complementa la corte real como virreina; y, Danna Paredes, de apenas 19 años, ilumina con su frescura y juventud como la Estrella de Octubre.

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Las nuevas soberanas de Guayaquil posando en las escaleras del Museo Nacional del Cacao ubicado en las calles Panamá e Imbabura, del centro de Guayaquil. Foto: Zaky Monroe. IG: @zaky.monroe

El jurado, compuesto por personalidades destacadas de Guayaquil, tales como Fernando Cornejo, Daniel Viteri, Paola Morales, Geraldine Meitzner y Paulina Castillo, vieron en estas jóvenes no solo belleza, sino también pasión y un profundo deseo de servir a su comunidad. Estas mujeres tienen el potencial y la visión de llevar adelante proyectos sociales que puedan generar un cambio positivo en la ciudad.

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No solo es una corona lo que llevan sobre su cabeza, sino la responsabilidad y el deseo de ver a Guayaquil prosperar. Cada una con un sueño distinto en mente y ahora con los medios para hacerlo realidad, se prepara para embarcarse en un año lleno de desafíos y oportunidades. Porque ser reina, virreina o estrellita no es solo un título, es una misión. Y Guayaquil espera con ansias ver lo que estas tres jóvenes tienen preparado para la ciudad en este periodo.

La reina de Guayaquil

Ganó los premios de mejor rostro y sonrisa del certamen, pero Sabina González tiene más para ofrecer que tan solo esos dos atributos; tiene un espíritu dispuesto a cumplir con las responsabilidades de su título.

“Fue como una señal de Dios que me dijo ‘este año es tuyo, vas a estar aquí y vas a superar tus miedos’. Me lancé sin importar cuál vaya a ser el resultado, viví la experiencia al máximo y sé que voy a trabajar de la mejor manera por cada uno de los guayaquileños”, manifiesta la alta miss de cabellera castaña.

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Este es su primer trabajo, actualmente cursa el sexto semestre en la carrera de Turismo en la Universidad Estatal de Milagro. Ser reina de Guayaquil, afirma, no será un obstáculo para su rol como funcionaria de la ciudad, puesto que recibe clases en modalidad online y pasa la mayor parte de su tiempo en casa. Aunque ahora hará un mejor uso de ese tiempo libre para cumplir las funciones de su nuevo empleo.

Sabina González, reina de Guayaquil. Foto Zaky Monroe. IG: @zaky.monroe

¿Por qué la Universidad Estatal de Milagro? Además de valiente es resiliente; Sabina no obtuvo cupo en la Universidad Estatal de Guayaquil cuando se postuló. “Lastimosamente no me dieron la oportunidad de ingresar a estudiar aquí y busqué alternativas. Considero que al fin y al cabo la persona que quiere estudiar, estudia como sea”, sostiene.

Honrada, sencilla y comprometida son otras de las cualidades con las que se autodescribe, todo esto planea demostrarlo como vocera de la ciudad. También, destaca tener una misión relacionada con su carrera: “Considero que el turismo es sumamente importante para la ciudad y para el país. Con la organización Reina de Guayaquil voy a poder dar un mensaje para construir un Guayaquil bonito, más seguro y que extranjeros nos puedan visitar y conocer lo maravilloso que es, sus platos ricos, lugares hermosos y un sinnúmero de cosas que tenemos dentro de nuestra ciudad”.

¿Y qué es lo que más le gusta de Guayaquil? Aparte de un rico seco de pollo con maduro crujiente, una simple respuesta le viene a la mente: su gente. “Cada uno somos ese guayaquileño que a pesar de todas las situaciones que la urbe ha tenido que vivir durante muchos años, siempre se ha mantenido firme y constante para poder tener una bonita ciudad”.

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Así como Guayaquil tiene un pueblo perseverante, también hay factores que se deben cambiar para mejorar. Sabina señala que la inseguridad es algo en lo que se ha propuesto trabajar. “Por medio de los niños vamos a poder llegar a esto, para que ellos crezcan en un mundo sano y no se desvíen a esos caminos que sabemos que no traen nada positivo”, denota.

Los niños son su debilidad, su proyecto Cabellos de Amor es un plan para ayudar a “todos los niños que padecen de cáncer, brindándoles peluquitas que al fin y al cabo les van a elevar su autoestima”. Su objetivo es “poder hacer muchas más pelucas y que más niños sean beneficiados”.

Aún no es madre, pero le gustaría en algún momento serlo. Vive con su mamá y hermana y es considerada “el conchito de la familia”. Sabina es soltera, pasa la mayoría del tiempo con sus seres más cercanos, entre los que destacan también sus mejores amigas, que están igual o más emocionadas que ella por esta nueva etapa.

Un modelo a seguir e inspiración para ella es la reina de Guayaquil 2018, Karime Borja. “Ha sido esa mujer que ha podido romper la barrera en el mundo de los reinados y ahora se aceptan mamás. Asimismo, siento que es esa mujer valiente que siempre está presente con Dios y sabe que él tiene un propósito para su vida”, menciona.

Es esa belleza interior la más valiosa para ella: “La belleza más importante es la que uno lleva dentro. La belleza física es subjetiva, a la larga no vamos a quedar tal cual como somos de jóvenes; lo primordial que se puede ver en una persona es su belleza interior”.

La virreina de Guayaquil

Proveniente del norte de Guayaquil, María José Ferruzola Álava ostenta con orgullo el título de Virreina de Guayaquil. A sus 24 años, se caracteriza por ser una joven enfocada, decidida e inteligente. Pero más allá de sus cualidades es su historia personal y su motivación lo que la distingue.

Fue la dura batalla de su hermano contra la leucemia, diagnosticada cuando él tenía tan solo 2 años, la que la impulsó a desear ayudar a otros. “Esa experiencia personal me inspiró a querer brindar apoyo a quienes enfrentan situaciones similares”, menciona Ferruzola. “El certamen Reina de Guayaquil, más allá de resaltar la belleza, me ofreció una plataforma para contribuir al bien común, y supe que era mi oportunidad de actuar”.

María José Ferruzola, virreina de Guayaquil. Foto Zaky Monroe. IG: @zaky.monroe

Con la corona ahora en su poder, María José está decidida a lanzar un proyecto centrado en las familias con niños afectados por el cáncer. Es consciente de los retos emocionales, psicológicos y económicos que estas familias enfrentan. “Tratar el cáncer es costoso. Mi objetivo es brindar capacitación profesional a estas familias, ayudándolas a establecer emprendimientos o generar ingresos adicionales para cubrir los gastos médicos. Además, considero esencial proporcionar terapias emocionales”, señala.

En el ámbito profesional, María José desempeña un rol como analista de talento humano en la Fundación Malecón 2000. Paralelamente, cursa estudios en Comunicación y Ciencias Políticas. Mirando al futuro, aspira a formar parte de la Asamblea Nacional, consolidando así su compromiso de servir y hacer una diferencia en su comunidad.

En lo personal tiene mucho amor por el baloncesto, su pasatiempo es asistir al cine con su grupo de amigas y “curiosear y aprender algo nuevo, soy mucho de estudiar en mis tiempos libres”, admite.

Los infaltables de la Virreina son el encebollado y el bolón: “Si puedo cada domingo busco comerlos. No pueden faltar para mí, es ley”.

La Estrella de Octubre

Danna Jeovanka Paredes Cárdenas nació un 30 de septiembre en Guayaquil, ciudad que la vio crecer durante toda su niñez y que actualmente es testigo de cómo se está convirtiendo en una profesional. Lleva 19 años viviendo en el Guasmo sur y se considera una guayaca completa.

“Yo soy guayaquileña a morir. Me encanta mi ciudad, porque no solamente es bonita, sino que también está llena de cultura e historias de vida que reflejan sus colores y sentir. Guayaquil para mí es algo maravilloso”, afirma la joven, quien es hija única y el “conchito y luz” de su familia.

Con rizos, y una personalidad extrovertida y muy cálida, se robó los corazones del jurado y llamó la atención del público asistente la noche del pasado 4 de octubre durante la gala de elección de la reina de Guayaquil. Así, Danna se llevó a casa el tercer título y designación más importante: ser la Estrella de Octubre.

Danna Paredes, Estrella de Octubre. Foto Zaky Monroe. IG: @zaky.monroe

Lo que más aprecia hacer en la Perla del Pacífico es recorrer el Malecón de punta a punta, bailar y hacer deporte. Practicó disciplinas como el boxeo y la lucha gracias a que su padre, quien tiene sangre esmeraldeña, le inculcó el ejercitarse.

“Es algo que viene desde mi familia: mi papá entrenaba y a mi mamá le gustaba bailar”, cuenta y agrega que ambos, Alfox y Wendy, como se llaman, respectivamente, han sido su apoyo en todo momento durante el certamen. “Estos logros se los dedico directamente a ellos, porque han estado siempre presentes conmigo. De verdad me han motivado a seguir, a nunca dejar de soñar y a seguir mis pasiones”.

Le encantan los retos; por eso llevar sus estudios a la par de sus obligaciones y funciones como Estrella de Octubre no es un impedimento para su desarrollo en este compromiso que ha hecho con Guayaquil, pues van de la mano. Se graduó a los 17 años del colegio y, cumpliendo 18, comenzó a estudiar dos carreras universitarias al mismo tiempo: Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico Bolivariano de Tecnología y una licenciatura de Comunicación Social en la Universidad Ecotec.

“Para nadie es un secreto que yo vengo del Guasmo y mis padres no tenían cómo pagarme la universidad; sin embargo, el esfuerzo, mis sacrificios y mis deseos de querer seguir estudiando y seguir preparándome académicamente hicieron que encontrara becas. Siempre estaré agradecida por poder formarme y hacer algo que a mí me encanta, que es el periodismo. Yo espero convertirme en una futura periodista deportiva, y con la bendición de Dios lo lograré”, manifiesta la reina de belleza.

A Danna la inspiran los niños y la conexión que pueden llegar a tener con el arte, pues ella lo vivió y lo sigue viviendo. “Quiero hacer que los niños de los barrios como el mío también puedan sentir el bonito amor que hay por las artes escénicas, manuales, a través de oportunidades, porque cuando te gusta o apasiona algo puedes lograrlo todo. En los barrios sí hay muchas personas que quieren salir adelante; y, sobre todo, hoy en día como jóvenes debemos tomar más puestos en nuestra sociedad”, declara. (E)