Cuando se avecina una tormenta eléctrica y la gente busca refugiarse en su casa, Gabriel Quirola Hill hace lo contrario: sale de su casa en Sauces, en el norte de Guayaquil, con su equipo fotográfico en busca de esas tormentas, de los rayos.

Desde el 2020, Quirola capta con su lente las impresionantes imágenes que se pueden desprender en una tormenta. Lo hace desde un sector de Puerto Santa Ana. A veces va solo, o en compañía de una amiga.

No es una tarea fácil; es de paciencia y larga espera. Quirola, un fotógrafo y cocinero de 36 años, usa aplicaciones del tiempo para poder saber si se aproxima una tormenta.

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Cuando las posibilidades son altas, vuelve a ese rincón del centro de Guayaquil y se alista para cazar esos rayos debajo de una de las edificaciones de esa zona.

Quirola dice que a veces ha ido cerca de las 17:30 y le ha tocado esperar por horas para poder atrapar las imágenes.

Las tormentas de marzo y lo que va de abril no se han escapado de su teleobjetivo. Varias de esas fotos se han viralizado estas semanas en posteos que ha realizado en sus cuentas de redes sociales.

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Una de las tomas captadas por Gabriel Quirola. Foto: El Universo

Esas gráficas han llamado la atención de personas que le han hecho pedidos de los prints para enmarcarlos. Tres de esos cuadros los pidió un jugador de fútbol.

Quirola recuerda que su primer pedido llegó de un allegado al que le gustó una foto y le solicitó que la pusiera en un marco para colgarla en su oficina.

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Dependiendo de las medidas, hay cuadros grandes que los ha colocado en entre 150 y 200 dólares.

A este ‘cazarrayos’ de Guayaquil le fascina el espectáculo que brinda la naturaleza en cada tormenta. Con su lente, Quirola señala que busca que cada toma cuente su propia historia. Cada año selecciona entre diez y doce fotos que puedan terminar como una postal.

Él comenzó a sentir gusto por la fotografía en el 2015, cuando se encontró en Montañita con una colombiana que daba clases en Francia. Ella andaba recorriendo Sudamérica y vendía fotos que captaba para poder financiar su periplo.

La extranjera requería hospedaje para su estancía en el país, así que con Quirola hizo una especie de trueque: posada a cambio de que le enseñara fotografía.

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Desde entonces comenzó su andar un poco más en serio con la fotografía. Comenzó a adquirir equipos profesionales y tomó talleres. Uno de esos talleres lo tomó con Roberto Valdez, Robinski, quien es conocido por sus gráficas de volcanes y paisajes naturales.

“Le metí cabeza a esto de la fotografía. Me metía a tutoriales. Me consumía una hora con tutoriales”, recuerda Quirola, quien por más de una década trabajó en el departamento de marketing de una entidad.

Así, comenzó a captar imágenes de naturaleza, de fútbol y eventos corparativos y de fines de semana.

La zona de la Aerovía durante una tormenta eléctrica. Foto: El Universo

A más de sus fotos de rayos, Quirola tiene la pasión de captar imágenes futboleras, de hinchas; por eso es conocido en el Capwell. En los últimos años ha sido un asistente fiel al estadio de la avenida Quito.

Va con su cámara y capta a los hinchas, las situaciones que ocurren en el partido y movimientos de los jugadores. Después de cada partido postea fotos de la hinchada e insta a los fanáticos a buscarse en las gráficas que captura.

Quirola señala que gente que lo ha visto en la zona de Puerto Santa Ana lo ha comenzado a reconocer. Días atrás, una pareja le ofreció una terraza de un edificio del centro para que pudiera hacer fotos de rayos.

”Para esto hay que tener paciencia. En la última tormenta estuve desde las 17:30 y pude captar una buena foto a las 23:30, pero para mí no es una molestia”, cuenta.

Él dice que, aunque su familia ha sentido temor por lo que hace, seguirá cazando tormentas eléctricas. “Esto me apasiona; lo seguiré haciendo”, indica. (I)