Guayaquil, la ciudad puerto principal del Ecuador, conmemora este martes, 25 de julio, sus 488 años de proceso fundacional.

El alcalde Aquiles Alvarez presidirá la sesión solemne a las 19:00 en el Salón de la Ciudad, pero la agenda festiva se inicia desde la mañana. A las 08:00 se cumplirá la colocación de una ofrenda floral en el monumento de Sebastián de Benalcázar, en el parque España, situado en Chimborazo y Portete.

A las 10:00 se realizará el desfile ciudadano de Guayaquil desde el parque La Victoria (Quito y 10 de Agosto), por la avenida 9 de Octubre y hasta el Malecón Simón Bolívar. En la plaza Vicente Rocafuerte, más conocida como San Francisco, se ubicará la tarima para las autoridades.

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Banderines, festivales y venta de garaje: el tributo de los vecinos de La Atarazana a Guayaquil en sus fiestas

Al mediodía será la unción cívica y colocación de ofrenda floral en el Hemiciclo de la Rotonda del Malecón Simón Bolívar.

Y en la tarde, a las 16:00, se desarrollará un desfile artístico por la avenida 9 de Octubre hasta Malecón Simón Bolívar.

En el marco de las fiestas julianas, EL UNIVERSO recorrió diferentes sectores de la urbe porteña y planteó a 25 guayaquileños de diferentes edades las siguientes preguntas: ¿qué es lo que más le gusta del Guayaquil actual? y ¿qué es lo que le gustaría que Guayaquil tenga en el futuro (en diferentes áreas)? A continuación, un resumen de lo expuesto por los ciudadanos consultados:

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Luis Moreira, ingeniero comercial: ‘Me gusta que cada vez se respeta más al peatón, pero quisiera que no sea por momentos, sino que sea una prioridad’

Moreira ha vivido los últimos 20 años de sus 42 fomentando en su familia el uso de la bicicleta y de caminar para movilizarse dentro de Guayaquil, sobre todo en el centro, que es en donde vive. El padre de familia aplaude que en la última década han surgido colectivos ciudadanos y autoridades locales que han trabajado, aunque muy poco, en temas de movilidad sostenible y el respeto al peatón.

A corto plazo, él espera que se culminen los proyectos y planes para la movilidad urbana sostenible y que se emanen políticas para evitar que se incrementen las cifras de siniestros de tránsito y muertos en la vías. “Que el respeto al peatón no solo sea durante campañas, sino que sea prioridad”, señala.

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Leidy Pazán, comerciante: ‘Tener más de una opción para movilizarse al alcance de un pasaje o una tarjeta’

Lleva más de diez años usando el sistema Metrovía y considera que es uno de los mejores aliados para quienes van del centro al sur todos los días. Pazán tiene 43 años y rescata que, si bien la Metrovía tiene fallas, es el medio de transporte que hasta el momento brinda mayor conectividad y seguridad, en medio del escenario inseguro en el que está la ciudad.

“Que se habilite al fin la troncal 4 y se piense en nuevas troncales y en el transporte fluvial. Deberíamos tener más de una opción para movilizarnos y que todo esté al alcance de un pasaje”, dice la guayaquileña. Uno de sus anhelos es que Guayaquil, en 10 o 20 años, tenga transporte fluvial.

Johnson Torres, docente de colegio: ‘Implementar regulaciones para usar vehículos alternativos, como el escúter’

Johnson Torres destaca que en la actualidad hay más de una opción para movilizarse; de hecho, él usa una de ellas: el escúter. Sin embargo, considera que, aunque en Guayaquil se ha dinamizado esta alternativa de movilidad, requiere un plan que la ordene.

Para Torres, de 56 años, es necesario que se implementen regulaciones y sanciones a quienes hacen uso de vehículos alternativos, como el escúter, para que no se ponga en peligro a peatones. “Está bien usar estos aparatos, pero se deben colocar límites para circular. No pueden seguir (otros) con el uso en veredas, a exceso de velocidad y sin regulaciones”, sostiene.

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El uso de la bicicleta como medio alternativo de transporte se ha incrementado y es evidente en varios sectores de la ciudad. Foto: El Universo

Marissia Soria, ama de casa: ‘Peatonalizar calles del centro no solo en días específicos, sino siempre’

La ama de casa de 55 años es una fiel creyente de que caminar es lo más saludable y menos contaminante que existe. En la ciudad, aplaude que desde hace un par de años se promueva el peatonalizar avenidas, como la 9 de Octubre, en ciertos días. Sin embargo, cree que esto sería un proyecto que se lo podría extender para fomentar este tipo de movilidad.

Soria proyecta una ciudad con calles y avenidas que sean completamente peatonales. “Dar prioridad a los peatones sobre los vehículos en Guayaquil reduciría la contaminación considerablemente y, con ello, las enfermedades derivadas”, manifiesta.

Enrique Barzallo, universitario: ‘Que se fomente el uso de la bicicleta y que haya espacios en los que se pueda acceder gratuitamente a este vehículo’

Desde que era estudiante en su primera carrera de pregrado, Barzallo cambió su vehículo por una bicicleta. En ese tiempo, hace unos quince años, la visibilidad que tenían los ciclistas era nula, algo que considera en la actualidad se está trabajando y hay avances, aunque a paso muy lento.

En un futuro, Barzallo espera que existan puntos a los que pueda acceder una persona a alquilar bicicletas con una tarjeta. “Así como se fomenta el alquiler de vehículos, que desde el Municipio se fomente el alquiler de bicicletas por horas para quienes preferimos movilizarnos así”, sugiere.

Wellington Galarza vive en el 372, el escalón del cerro Santa Ana que alberga la última casa, desde la que Guayaquil se disfruta a plenitud

Raúl Robalino, ciclista urbano: ‘Muchos carros se estacionan en la ciclovía; que haya más control de las autoridades

De Guayaquil, a este ciclista de 61 años le gusta recorrer los barrios y parques, pasear por el Malecón Simón Bolívar o el barrio Las Peñas; aunque ahora, dice, la inseguridad pone a pensar dos veces a las personas en el momento de salir a las calles, puesto que a diario se reportan robos, asaltos, entre otros ilícitos.

En cuanto a la implementación de la ciclovía, Robalino cree que falta más control de parte de los uniformados de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), ya que es común ver en el trazado exclusivo para ciclistas a vehículos invadiendo ese carril. “Muchos carros se estacionan a lo largo de la ciclovía; los talleres (mecánicos) permiten eso. Me gustaría que quiten esos carros, que las autoridades pongan cartas en el asunto”, expresa el hombre.

Andrés Meza, ingeniero civil: ‘Guayaquil necesita urgente una implementación de movilidad óptima’

Considera que la ciudad tiene varios espacios de esparcimiento, como el Malecón Simón Bolívar, pero en medio de aquello el guayaquileño se crea sus propios escenarios de distracción y entretenimiento; por ejemplo, si alguien quiere jugar pelota en la calle, lo hace sin problema; o si una persona quiere escuchar música a alto volumen, saca su parlante y se instala en la vereda. Para él, eso define la esencia de la urbe: una especie de libertad que en ocasiones suele ir en contra de las normas de convivencia.

Piensa que uno de los problemas que deben resolverse en la ciudad es el del tráfico vehicular. “El problema de tránsito es demasiado caótico; algo deben implementar, un pico y placa”, dice y añade que hay sectores en los que falta sincronización de los semáforos, algo que a su juicio puede revisarse y corregirse.

“Guayaquil necesita urgente una implementación de movilidad óptima, porque es un caos esta ciudad en cualquier momento del día”, refiere.

Carlos Cevallos, morador del centro: ‘Hacen falta exposiciones de arte al aire libre’

A Carlos Vicente Cevallos, de 66 años, le gusta la alegría e ímpetu que tiene la gente que vive en esta ciudad, pese a las circunstancias de la actualidad. Además, él dice que gusta de las comidas típicas que se ofrecen en la ciudad, como el caldo de bola, seco de gallina y de chivo, sobre todo porque esos platillos solía ofrecer su madre en el restaurante JJ en el centro, hace varias décadas, cuando era joven.

En la urbe, donde además le gustan paisajes y sitios emblemáticos, él cuenta que aspira a que se implementen más parques, malecones y espacios que permitan el esparcimiento, y que haya exposiciones de arte al aire libre, como suele darse en Las Peñas.

“En el Malecón podrían poner estas exposiciones, y también que haya botes y barcos de turismo para que la gente, como antes, vaya de Guayaquil a Durán; en el pasado se podía ir a comer fritada allá”, recuerda.

Las letras ubicadas a un costado del Hemiciclo de la Rotonda son un punto visitado por turistas nacionales y extranjeros. Foto: El Universo

Pepita Morán, enfermera jubilada: ‘La historia de la ciudad debe trascender a las nuevas generaciones’

Pepita Morán refiere que gusta de esta ciudad, su gente, la comida, la fiesta, la alegría de los que conviven en la urbe y la facilidad de generar vínculos amistosos. “Así estén chiros, pero, bueno, se tratan de divertir como puedan”, menciona y añade que gusta de sitios antiguos y nuevos de la urbe, como los malecones Simón Bolívar y del Salado, así como Puerto Santa Ana.

Ella considera que la historia de la urbe debe trascender hacia los niños y adolescentes que están en crecimiento para que amen a la ciudad.

“Que se exponga toda la historia siempre para que las nuevas generaciones se enteren, conozcan bien tanto de la música, costumbres, de cómo era antes. Que sepan cómo Guayaquil ha evolucionado. Que toda la gente sepa la historia de los bomberos, los mercados tradicionales, como el Sur, que quedó en Palacio de Cristal”, refiere y añade que deberían abrirse espacios de fomento de juegos tradicionales y la proyección de películas al aire libre.

Rocío Flores, exlaboratorista clínica y jubilada: ‘Que haya más actividades culturales, con más frecuencia y que se difundan’

El espíritu entregado hacia el prójimo y caritativo de su gente agrada de Guayaquil a Rocío Flores, de 65 años. Esta ciudadana jubilada menciona que le gustan ciertos espacios abiertos, como el Malecón, donde se puede tener tranquilidad y esparcimiento libre, sin ruido.

“Me gustaría que haya más eventos, de pronto con artistas internacionales o nacionales, que tenemos buenos, sino que se hagan con más frecuencia y publicidades para que todos se enteren del arte”, dice ella sobre los anhelos relacionados con actividades culturales.

Patricia Ortiz, doctora: ’El guayaquileño defiende su territorio contra todo lo que pueda’

Frente a las circunstancias y problemas diarios, Patricia Ortiz, de 66 años, considera como lo más valioso de Guayaquil el espíritu de su gente por mostrarse luchadora y perseverante. “Defiende su territorio contra todo lo que pueda”, dice.

“Cada día Guayaquil es más bonita, más moderna, así como mantiene sus primeros orígenes, como en Las Peñas, con sus casas y arquitectura y patrimonio”, señala esta ciudadana, que se deleita con la gastronomía típica, como el arroz con menestra y carne asada.

Para esta adulta mayor, de 66 años, en el futuro en la urbe deben crearse más espacios de áreas verdes en ciudadelas clásicas para poder caminar, sin tanta exposición al sol. Además, considera que los parques podrían tener espacios de entrenamiento y espectáculos artísticos, y en el centro promoverse las ferias para incentivar el comercio y el turismo.

Richard Carpio, ingeniero civil jubilado: ‘El guayaquileño no solo necesita pasear y comer, sino también conocer otras culturas y abrirse al mundo’

Al ingeniero civil jubilado Richard Carpio le agradan los espacios donde los guayaquileños pueden realizar caminatas al aire libre, como el Malecón, y otro sitios que han fomentado su mejoramiento y dan oportunidad de recreación al aire libre, como las escalinatas del cerro Santa Ana y el Faro.

“Esos lugares me encantan, que son el atractivo de la ciudad y que dan mucha paz mental”, expresa el adulto mayor, de 68 años.

En torno al arte y espacios de esparcimiento, él indica que le gustaría que se implemente un museo nuevo donde se exhiban las costumbres de antaño y las actuales de los guayaquileños. También aspira a que se construya un espacio para exposiciones de muestras de cultura y arte que sean traídas del exterior para ilustrar a los locales.

“El guayaquileño no solo necesita andar paseando y comiendo, sino también conocer otras culturas y abrirse más al mundo”, sostiene.

Samantha Briones Palma, estudiante de bachillerato, de 16 años: ‘Que haya acceso a internet en los colegios fiscales y que se mejore su infraestructura’

La joven estudiante de bachillerato que cumple años hoy, 25 de julio, comenta que lo que le gusta de Guayaquil son sus lugares turísticos, como el Malecón Simón Bolívar, Las Peñas, y el ver a su gente trabajadora, que siempre busca salir adelante de manera honesta.

Y lo que le gustaría es que en Guayaquil haya acceso a internet en los planteles educativos, además de más reformas en la infraestructura de los planteles, que estén aptos para recibir a los estudiantes. “Que se mejoren los espacios en los colegios fiscales; hay espacios destruidos, como el mío, que tiene muchos daños”, comenta ella.

Arantxa Menéndez Montesdeoca, estudiante de 17 años: ‘Debe haber programa de estudios en valores y en civismo para los niños y jóvenes’

Para esta joven estudiante, lo más bello del Guayaquil de antes era su paz, tranquilidad y que los ciudadanos se conocían y se respetaban. Ahora le gustan mucho los espacios turísticos, como Puerto Santa Ana, y las salidas a comer comida típica con sus amigos.

Ella cuenta que le gustaría para el Guayaquil del fututo que se pueda abarcar diferentes estilos de aprendizaje para fomentar el aprendizaje autodirigido, en todas las edades, aprovechando las redes sociales y plataformas que existen actualmente.

“Es lo que hoy en día los chicos, incluso adultos, ya no lo vean solo como pasatiempo o distracción, sino que sería como ya algo más educativo que llame la atención en esa área, y tratar siempre de llegar a la niñez pobre de escasos recursos económicos. Además se debe fomentar el valor humano, cultural y cívico para recuperar nuestra ciudad”, insiste.

Érick Mejía Vera, estudiante universitario de 22 años: ‘Que Guayaquil tenga recursos para capacitar a ciudadanos en situaciones de emergencia’

A este joven universitario lo que más le gusta de Guayaquil es su diversidad gastronómica, la variedad de huecas, locales que hay con comida típica muy rica. “El encebollado, la guatita, el bolón son los platos que más disfruto, mis favoritos. Siempre es un buen plan comer cualquiera de estos platos, en especial con amigos”, expresa él.

Agrega que le gustaría que se contara con muchos más espacios y los recursos tecnológicos para el desarrollo de distintas habilidades, programas de estudio para todos los jóvenes, talleres gratuitos para que tanto docentes como estudiantes sepan cómo actuar en situaciones de la vida cotidiana o inesperadas, como desastres naturales o emergencias, que ocurren con frecuencia en la ciudad.

Allysson Charcopa Moreno, estudiante de enfermería de 23 años: ‘Materias como inglés y computación serán necesarias en el mundo laboral, y en eso se debe poner énfasis’

A Alison lo que más le gusta de la Perla del Pacífico es la gastronomía, como el bolón; los espacios al aire libre, como el Malecón, Las Peñas, Puerto Santa Ana; además que, pese al contexto de inseguridad que se vive, su gente se muestra cálida, amable y sigue adelante.

Ella indica que lo más importante es que en los colegios se creen programas con énfasis en inglés y en computación, sistemas operativos, porque eso les servirá directamente en el mundo laboral. “La educación la veía muy deficiente, sobre todo en los planteles fiscales. Recuerdo que en mi colegio ni nos llevaban al laboratorio de computación, no había suficientes computadoras, no había internet; esto debe cambiar para garantizar mejores bachilleres, estudiantes; y también me gustaría que haya mayor acceso a la universidad”, manifiesta.

Jorge Luis Wagner, estudiante y trabajador de 25 años: ‘La educación en Guayaquil debería ser de calidad, sin importar de qué sector seas’

A Jorge Luis lo que más le gusta de Guayaquil en cuanto al entretenimiento es que existen espacios para realizar actividades al aire libre y en contacto con la naturaleza, como el Malecón Simón Bolívar o el parque Samanes, que son ideales para hacer deporte y para compartir en familia y amigos.

Y en cuanto a la educación, le gustaría que se fomente más la formación de docentes en el uso de tecnología; también le gustaría que la educación de calidad sea equitativa para todos los ciudadanos, sin importar de qué sector sean; eso debería ser garantizado y es muy importante. Asimismo, en cuanto a la tecnología, dice que le encantaría que el servicio de transporte público mejore, la iluminación y la seguridad en la ciudad podrían mejorar de la mano con la implementación de nuevas tecnologías.

Wellington Galarza vive en el 372, el escalón del cerro Santa Ana que alberga la última casa, desde la que Guayaquil se disfruta a plenitud

Raúl Pico, contador: ‘Esta ciudad cosmopolita recibe a compatriotas de todas partes, da oportunidades de trabajo y cambia la vida de muchas familias’

A este contador de 40 años lo que más le agrada de la urbe porteña es la hospitalidad de su gente. “Esta ciudad cosmopolita recibe a compatriotas de todas partes, brinda oportunidades de trabajo y cambia la vida de muchas familias. Guayaquil, ciudad mestiza, recibe con brazos abiertos a todos: montubios, afrodescendientes, indígenas. Todas las razas y etnias convergen en una ciudad multiétnica y pluricultural que ofrece espacio para todos”, refiere.

En cuanto a los desafíos para el futuro, considera que el Puerto Principal del Ecuador necesita una revolución en su sistema de transporte. “La Metrovía no es suficiente, y la Aerovía no cumplió los objetivos trazados. Creo que es hora de poner los ojos en la ría no solo como atractivo turístico, sino como una nueva forma de transporte masivo que facilite el acceso y salida de la ciudad de una forma más rápida y ordenada”, comenta.

El Malecón es uno de los íconos del centro de la ciudad. Foto: El Universo

Andrés Navarrete, comunicador social: ‘Pese a que todos los problemas que vivimos nos llevan a un precipicio, los guayaquileños empujamos hacia el otro lado’

Este periodista de profesión destaca el valor y entrega de la gente que lucha a diario por mejores días en este ciudad, motor económico del país. Cree que Guayaquil es la ciudad más grande e importante del Ecuador.

“Es la única que funciona las 24 horas, los siete días a la semana. Su gente lo entiende así. Pese a que todos los problemas que vivimos nos llevan a un precipicio, los guayaquileños empujamos hacia el otro lado. Trabajamos con esfuerzo y esperanza”, destaca el hombre de 40 años.

Sobre qué espera de la ciudad, hizo referencia a la inseguridad que azota a la urbe y al país, en general. “El clamor general en los guayaquileños es tener seguridad para vivir, para trabajar, para emprender. Cada actividad productiva se ha visto afectada por la delincuencia: asaltos, vacunas. El esfuerzo y la esperanza de los guayaquileños necesitan acciones inmediatas y contundentes por parte de las autoridades para que Guayaquil retome el rumbo de la productividad. Superamos el COVID-19; superaremos esto”, enfatiza él.

Jairo Rodríguez, trabajador de la empresa privada: ‘Guayaquil es una ciudad luchadora, aguerrida; ni los incendios ni los saqueos ni la pandemia ni la delincuencia han podido con esta ciudad’

Desde hace más de una década, este padre de familia trabaja en una compañía de seguros, en el centro de la ciudad. Para él, la esencia de Guayaquil es su gente luchadora, aguerrida, que siempre se levanta a pesar de las circunstancias que haya. “Ni los incendios ni los saqueos ni la pandemia ni la delincuencia han podido con esta ciudad. Me gusta que, a pesar de las circunstancias, siempre esta ciudad mira hacia adelante y ve la forma de resurgir”, refiere el hombre de 40 años.

En el futuro, él quisiera que la ciudad sea dotada de un moderno sistema de transporte. “Un tranvía o un tren elevado sería idóneo para esta gran ciudad, por la cantidad de gente que vive y viene a esta ciudad. También me gustaría que los buses actuales sean cambiados por eléctricos y que tengan aire acondicionado; nuestro clima lo amerita”, menciona él.

Con 129 años, la Aduana de Hierro, en sector del Astillero, es el edificio más antiguo de Guayaquil

Juan Miguel Salomon, extranjero de 55 años, 30 de ellos viviendo en Guayaquil: ‘Debe hacerse un censo de extranjeros y un mayor control, porque llegan bandas completas’

Para este empresario que llegó a Guayaquil en los 90 como director de una multinacional, los guayaquileños son hospitalarios. Asegura que al poco tiempo se sintió como en casa, pero cree que actualmente es necesario realizar un censo de extranjeros y endurecer las políticas migratorias, porque cree que en los últimos años han ingresado a territorio nacional, y especialmente a Guayaquil, pandillas completas.

“Bukele les dio 48 horas a los prestamistas colombianos para salir del país y sacó también a miles de venezolanos que estaban delinquiendo. Pienso que debe implementarse aquí también un control en las fronteras, pero un control efectivo; si no, esto se va a volver Colombia de los 80″, opina Salomon en materia de seguridad, pues cuenta que en los semáforos le han robado dos veces en los últimos años cuando ha salido de Samborondón a Guayaquil por alguna diligencia. “Cruzo el puente y para mí empieza el estrés”.

María Jara, profesora de 60 años: ‘Me robaban un celular cada semana cuando el bus pasaba por Vergeles’

María Jara es una profesora de idiomas que está en los trámites para jubilarse. Ha sido maestra de un colegio emblemático del centro de Guayaquil durante años, y cuenta que lo que más le gusta de salir a pasear por la ciudad es encontrarse con sus exalumnos y ver cómo ha impactado en sus vidas y decisiones.

“Es algo que me llena de orgullo; a veces hasta me piden tomarse una foto”, dice la docente. Ella aún cada mañana toma un bus para llegar a dictar clases. Aunque ama su trabajo y dice estar cultivando ciudadanos de bien en las aulas, confiesa que le entristece cómo cada vez más la delincuencia gana terreno.

“Me subo al colectivo afuera de mi urbanización, en la autopista Narcisa de Jesús, y todo va bien; pero, poco antes de llegar a Vergeles, empiezan a robar; eso ya es rutina. Me han robado en promedio un celular cada semana; por eso he decidido ya no comprar. A mis hijos les pasaba lo mismo cuando a iban a la universidad: eran clientes fijos de los pillos”, cuenta la maestra, que espera que en el Guayaquil del futuro haya un verdadero control para las autoridades judiciales corruptas que liberan a los ladrones.

Andrés Moreno, 29 años, abogado en libre ejercicio: ‘Guayaquil depende de quienes vayan a la nueva Asamblea; necesitamos leyes más duras y menos beneficios penitenciarios’

Para el abogado Andrés Moreno, la Fiscalía se ha vuelto su segundo hogar: pasa horas viendo pasar a los detenidos, a los denunciantes y el correcorre de los funcionarios y policías para alcanzar las audiencias en flagrancia.

En medio de todos ellos hay quienes sacan copias, quienes venden desayunos, incluso quienes lustran los zapatos de los que esperan sus turnos. Dice Moreno que eso le gusta de Guayaquil, que es una ciudad que nunca duerme, que la mayoría de su gente es trabajadora y aprovecha lo que sea para ganarse el dinero de forma honrada.

Para este abogado en libre ejercicio, el futuro de Guayaquil no depende solo de quienes vivimos en esta ciudad, sino de todos los que vayan a la nueva Asamblea. “Si no se endurecen las leyes, si no se eliminan beneficios penitenciarios, esto va a peor”, señala Moreno mientras espera la audiencia de un hombre que tuvo un accidente de tránsito.

Aurelio Zúñiga, taxista de 48 años: ‘Cada día mi oficio es más peligroso; no sé si voy a volver con mi familia’

Aurelio Zúñiga tiene más de 25 años taxeando. Con su trabajo ha logrado que sus dos hijas vayan a la universidad y que no les falte el pan en la mesa, dice. Asegura que conoce cada rincón de la ciudad, e incluso se ríe al decir que no necesita GPS. Lo que más le gusta de Guayaquil son sus huecas, comer rico a bajo precio y poder llegar a su casa con una tarrina de algo rico que encontró en el camino.

Pero esta semana, Zúñiga pasó un gran susto. El jueves, a las 10:00, sufrió un secuestro exprés tras aceptar una carrera cerca de la Entrada de la 8. Minutos después fue abandonado maniatado y golpeado en la isla Trinitaria, frente a un centro de salud donde fue atendido. Se le llevaron el carro.

“Cada día mi oficio es más peligroso; no sé si voy a volver con mi familia”, dice el conductor, que espera que Guayaquil vuelva a ser lo que era hace 20 años, cuando dice que se podía trabajar toda la madrugada.

“Si agarran a los ladrones, al día siguiente ya están libres con medidas cautelares y me van a amenazar a mi casa”, señala Zúñiga, quien piensa que las leyes vigentes no tienen sentido.

Joan Peñafiel Lara, estudiante de Ingeniería Agrónoma, 23 años: ‘En Guayaquil se puede pasear y comer con poco dinero’

“¿Lo que más me gusta de Guayaquil?, pues, pasear y comer con poco dinero”, responde Joan Peñafiel, un estudiante de la carrera de Ingeniería Agrónoma, quien después de clases suele pasear con sus compañeros por zonas turísticas de la urbe.

Con el limitado presupuesto de un universitario, dice el joven de 23 años que ha recorrido en bus, en Metrovía y en Aerovía la mayor parte de Guayaquil y ha aprovechado para probar platos típicos. Joan cuenta que vende sánduches, empanadas y perritos calientes en la universidad para ayudar en su casa.

Para el futuro, este universitario espera que la ciudad sea más segura, pues menciona que en los últimos años, por los constantes asesinatos, su familia ha implantado ciertas normas, como transmitir ubicaciones en tiempo real al chat familiar.

“Todo el tiempo estamos confirmando si ya salimos, si ya llegamos, por dónde estamos. Antes todo era más relajado, no teníamos esa constante preocupación de una bala perdida”, señala el estudiante de ingeniería. (I)