“Tengo miedo de que mi hijo vuelva a consumir. Este barrio es pura droga, y quisiera que se viera ya un cambio en los chicos”. Eran las palabras que repetía una mujer de 56 años, quien es madre de un joven de 18 años que busca integrarse en uno de los clubes deportivos para así alejarse de las malas compañías.