Carmen Tomalá ha convivido con los llamados “tallarines” desde hace más de 40 años en García Moreno y Rosendo Avilés, en el sur de Guayaquil. Para ella, se volvió normal observar el cableado que colma los postes y que van de acera a acera.
Sin embargo, en los últimos años, dice que la cantidad de cables ha incrementado e incluso algunos cuelgan con pequeños nudos en las ventanas de las casas. “Lo que antes eran cinco o seis, ahora son hasta quince y en un mismo sitio como un enjambre. Es peligroso porque como queda a la altura de las casas puede ocasionar accidentes”.
Jenny Castro afirma que por el peso de los cables y las palomas que se asientan en ellos, estos van bajando y quedan a la altura de buses y camiones. “Al estar bajos, los carros y buses que pasan los arrancan. Allí nos quedamos sin internet o teléfono. A veces escuchamos un estruendo y es porque alguien se llevó uno”, indica.
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Castro, además, comenta que cuando llegan funcionarios de las empresas de telecomunicaciones a reconectar servicios, no se llevan los cables en desuso y estos quedan cortados y guindados. “Son como latigazos para las personas que van en moto o a veces cuando un carro va a velocidad suena fuerte”, asevera.
De hecho, el Municipio señala que, a la fecha, se ha evidenciado que el porcentaje de cableado en desuso retirado corresponde a un 50 % de todo lo que está instalado de manera aérea. Una moradora de la avenida del Ejército y Augusto González, en el sur de la ciudad, dice que aunque han solicitado a las mismas empresas para que retiren el excedente de los cables no hay respuesta.
En Rumichaca y Alcedo el panorama es similar. En esta zona comercial los vendedores aseguran que las líneas de buses a veces topan estos objetos. “Aquí hay un cable agarrado a otro cable y todo en el aire. Son cosas que se ven peligrosas, pero es algo con lo que se vive a diario”, menciona César Feijoó, quien recorre esta calle del centro de la urbe para comercializar pilas y controles.
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Y es que el centro de la ciudad, según información del Municipio de Guayaquil, se ha identificado como el área con la mayor concentración de cables en uso y desuso que no sigue la norma de instalación y que tampoco cuidan la estética de la urbe.
Eduardo Rosales, supervisor de redes de telecomunicaciones de la Subdirección de Obras Eléctricas, explica que por tratarse de redes antiguas y de mayor concentración de empresas o locales comerciales se inició la labor de ordenamiento priorizando este sector.
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Dentro de la planificación que se ejecuta desde el cabildo también se atiende a suburbios y al suroeste hasta los menos afectados, en el norte de la ciudad. “La prioridad de atención se basa en la gravedad del desorden en el que se encuentren las líneas aéreas de telecomunicaciones”, señala Rosales.
En la ciudad, al momento, existe un 15 % de cableado subterráneo eléctrico y de telecomunicaciones, especialmente en zonas regeneradas.
El procedimiento y zonas en donde se realiza soterramiento de cables
La Subdirección de Obras Eléctricas identifica los cables en desuso o desconectados de cada operadora y procede a retirarlos. El funcionario anota que en caso de detectar cables en desorden que tengan servicios activos se cita a la empresa responsable para que reordene y así no se afecte el servicio.
La Fundación Guayaquil Siglo XXI, por su parte, está ejecutando obras que abarcan el soterramiento de cables de telecomunicaciones y datos. En ese sentido, se interviene la calle García Moreno desde Portete hasta la calle Genaro Cucalón, la Ayacucho desde Lizardo García a Leonidas Plaza y García Goyena, etapa 2 desde Genaro Cucalón hasta la calle 25.
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Asimismo, el cuadrante Norte Este, perimetral 5 acera Este de Eucaliptos a Pechiche, Colón: Lorenzo de Garaicoa a Juan Pedro Moncayo y transversales hasta Sucre. También la perimetral 2B: acera Este Calle 18 a Eduardo Solá (Juan Pablo II).
En Guayaquil rige la reformatoria a la ordenanza que crea la tasa por la utilización del sistema de tuberías empotradas en el subsuelo del centro de la ciudad. Esta norma se aplicará en los proyectos de obra pública que se consideren levantar, de ser pertinente, para la instalación subterránea de ductos para el cableado de telecomunicaciones. (I)
