La lectura de un cuento relatado por los infantes y posteriormente a base de los relatos realizar una escenificación de teatro y además una obra de artes plásticas por parte de ellos mismos son parte de las prácticas que desarrollan los niños y adolescentes en los vacacionales que se ofrecen en la Asociación Comunitaria Hilarte.

Hilarte, que basa su pedagogía en el arte con una institución jardín-escuela, impulsa varios cursos vacacionales con el desarrollo de habilidades y destrezas de teatro, artes plásticas, danza y creatividad.

Estos espacios se desarrollan durante este mes en dos sectores populares del sur de la urbe: isla Trinitaria y el suburbio de la urbe.

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Jonathan Palacios, mediador de proyectos de la institución, expone que actualmente estos espacios sirven como lugares de contención donde niños pueden respirar y alejarse del mundo exterior, puesto que regularmente conviven con escenarios de violencia de distintas formas en su comunidad, círculo familiar, barrios e incluso lo que ven en medios de comunicación.

“Es fundamental porque las artes sensibilizan y transforman al ser humano, se da una respuesta a esos chicos porque desde que nacieron están conectados a dispositivos, hay una situación importante, creo que el arte sensibiliza”, dice el instructor.

Niños muestran obras inspiradas en el arte prehispánico en clausura de vacacional

El instructor apunta que las artes pueden aportar una serie de facultades y virtudes al ser humano, especialmente desde niños y adolescentes, como el desarrollo de una visión análitica, reflexiva y empatía con su entorno, el que actualmente está marcado por la violencia que aqueja al país.

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“Más que antes en el contexto de violencia que se encuentran el país espacios de contención como estos, donde los niños pueden respirar, alejarse de ese otro mundo que hay después de la puerta, es importantísimo para ese aire de violencia que podemos leer todo el tiempo. Creemos mucho en esto porque sabemos que funciona y deja algo bueno en las personas”, dice el instructor.

A su vez, Yessenia Caamaño, mediadora de arte y apoyo pedagógico en la fundación, dice que en la filosofía de la fundación se toman en consideración el fortalecimiento de bases de normas de convivencia, disciplina, respeto entre infantes, el amor a la naturaleza, entre otros temas.

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En el salón de clases, ambos mediadores imparten conocimientos y tratan de solventar conflictos entre los menores para observar con otro enfoque a la vida afuera de las aulas. “El arte enseña a ser humana, el arte puede cambiar el mundo”, remarca.

Comunidad Hilarte realiza cursos vacacionales de arte en el suburbio e isla Trinitaria. Mediadores Jonathan Palacios y Jessenia Caamaño son parte de los instructores de vacacionales. Foto: José Beltrán

Para este año, en los vacacionales, el área de creatividad se volvió a impartir con un enfoque actualizado a las nuevas generaciones para resolver conflictos actuales, como la alta exposición a pantallas y espacios con ruido.

Tenerlos ocupados y lejos del celular, la motivación de padres para inscribir a niños y adolescentes en cursos vacacionales

“Estamos teniendo carencia de creatividad, espontaneidad, que destaca en estos niños de estas edades, nos parece importante retomar estas iniciativas”, explica Caamaño.

Dentro de estos procesos, el instructor remarca que se pueden encontrar talentos que tienen intereses en actuación u otras artes. En caso de darse oportunidades más adelante se los convoca y pueden tener la oportunidad de continuar su desarrollo en un casting u oportunidad para algún papel de teatro o danza.

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En estos cursos, ambos instructores apuntan que además se logran varios objetivos como mejoras en las conductas de los menores, quienes a partir de la pandemia han tenido problemas de comportamiento por las condiciones de encierro y virtualidad.

“Hay muchos niños que son vistos como problemáticos, hiperactivos, etc., pero los espacios de creación les dan otro lugar, ese niño que necesita saltar, luego de danza o teatro, encuentra un lugar, toda esa energía la canalizan, ya no es un niño travieso, es un niño con potencial artístico”, remarca el instructor sobre el proceso que se encamina para seguir desarrollando destrezas con las clases.

En la sede del suburbio se incluyen en los vacacionales a 80 participantes y en isla hay una cobertura de 432. En este último sitio, hasta inicios de mes había 350 inscritos entre niños, niñas y adolescentes, incluyendo quienes padecen de discapacidades. (I)