Andrés Quintero, Alexander Vera, Jefferson Manfales, Jordan Bravo y los primos Oliver y Álex Chóez llegaron desde la cooperativa San Francisco, frente a la Penitenciaría, hasta el Fuerte Militar Huancavilca con la esperanza de obtener un cupo y hacer un año de servicio militar.

Pasaron la noche ahí haciendo fila, compartían galletas y una botella de jugo. Quieren acceder a un puesto y huir de la violencia que hay en su sector, una zona tomada por las bandas, donde incluso matan a los jóvenes que se niegan a ser reclutados por las organizaciones dedicadas a la venta de drogas.

A repartos militares de 10 provincias irán quienes respondan a llamado de acuartelamiento en Guayaquil

Ellos tienen entre 18 y 19 años, son vecinos y cuentan que buscan un mejor futuro. Todos son bachilleres, trataron de obtener un cupo en la universidad y no lo consiguieron, luego buscaron un trabajo pero tampoco tuvieron suerte.

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“Nos preguntan dónde vivimos cuando postulamos a algún empleo, y cuando decimos que vivimos en la San Francisco nos miran con desconfianza, piensan que somos de alguna de las bandas”, cuenta Jordan Bravo.

Andrés Quintero durante unos meses estuvo trabajando lavando carros en el sector, pero su madre, Luisa Valarezo, quiere un mejor futuro para él. Ella dice que trató de postular a su hijo en la anterior llamada al acuartelamiento, pero que no tuvieron el dinero para la prueba PCR que piden entre los requisitos. Esta vez consiguieron pagar los exámenes y estaba en la fila desde las 19:00 del viernes.

Todos estos jóvenes tienen la esperanza de terminar su servicio militar y quedarse en las Fuerzas Armadas para hacer carrera, porque sienten que en su sector no hay futuro.

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“Nos pueden matar en alguna balacera cuando estamos en la tienda comprando”, sostiene otro de los postulantes de este sector, donde hace casi dos meses se produjo una serie de asesinatos por disputa de territorio. Incluso tres niños fueron acribillados por las bandas en ese episodio de violencia.

“Si no nos aceptan aquí hoy, nos vamos mañana a Portoviejo, porque allá también hay acuartelamiento el domingo”, menciona Luis, otro aspirante.

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A él su familia lo apoya, pero Jordan Bravo refiere que en su caso, su madre no sabía nada.

Dice que había salido de casa sin contarle y si era aceptado, ya la llamará desde la base militar donde sea asignado para cumplir el año de servicio que termina el 26 de agosto de 2023.

Pero también hay jóvenes que llegan del Guasmo sur y del Cristo del Consuelo. Quieren salir de sus barrios y ayudar a sus familias, sostienen.

Largas filas se registran en los recintos militares durante la segunda llamada de acuartelamiento. Hay cupo para 1.800 jóvenes, 1.700 hombres y 100 mujeres en Guayaquil. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Pedro Quiñónez tiene 19 años y vive en la cooperativa Julio Potes. Manifiesta que en su sector hay balaceras, sicariatos y que en las últimas semanas hasta han dejado granadas y bombas en varios puntos.

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“Todos los chicos de mi edad están dañados, metidos en cosas malas. Yo no quiero eso, soy el hermano mayor de tres niñas; yo quiero sacarlas de ahí y esta es mi mejor opción”, reseña el joven mientras desayuna.

Algunas mujeres que se acuartelan dejan a sus hijos con sus familias

En esta llamada se abrió el cupo para 200 mujeres a nivel nacional, 100 de ellas serán seleccionadas en Guayaquil, por eso empezaron a llegar con sus mochilas desde varias provincias.

Algunas de estas jóvenes ya son madres y están dejando a sus hijos al cuidado de sus familias para tratar de cumplir el servicio militar y luego hacer carrera en la institución.

Indira es una de ellas. Llegó desde El Triunfo en la madrugada. Su hijo Thiago, de 1 año y 7 meses, se quedará con su abuela materna en caso de que Indira pase el proceso.

Ella lo cuidará un año mientras su madre, de 19 años, cumple con el servicio militar. Dice que busca darle un futuro mejor porque cuenta que ha tratado de estudiar, pero no tuvo la oportunidad.

Milena Véliz, de 21 años, tiene dos hijos de 3 y 4 años. Ella llegó desde La Troncal buscando un cupo para el servicio militar porque quiere ser parte de las Fuerzas Armadas. Hay cupo para 100 mujeres en Guayaquil. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Milena Véliz tiene una historia similar. A sus 21 años es madre de una niña de 3 años y de un niño de 4. Llegó desde La Troncal a las 05:00 y se formó afuera de la Base Naval Norte con su carpeta y su mochila. Hasta las 11:00 de este sábado aún no ingresaba al recinto para los exámenes.

Ella expresa que mientras haga el servicio militar sus padres van a cuidar a sus hijos, pero aclara que no se aleja porque sea mala madre, sino para darles un mejor porvenir.

“Ellos van a ser mi fuerza, mi motor”, asegura la joven.

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Este sábado 27 y domingo 28 de agosto de 2022, en las instalaciones de la Base de Movilización Occidental de Guayaquil, el Fuerte Militar Huancavilca, la Base Naval Norte y la Escuela de Infantería Aérea se desarrolla el proceso de acuartelamiento de hombres y mujeres desde los 18 hasta los 21 años 11 meses 30 días.

En esta segunda llamada, a nivel nacional, se acuartelarán 5.000 jóvenes (4.800 hombres y 200 mujeres). (I)