Compromiso, empatía, altruismo son parte de los valores que mueven y motivan a diversos profesionales en Guayaquil a estar en la primera línea de acción en la atención de emergencias o en servicios que no paran de funcionar 24/7, pese a las diversas celebraciones o feriados, como en este caso la Navidad y el Fin de Año.
Mañana, para celebrar la Navidad, familias se reunirán con sus seres queridos, con las medidas de bioseguridad debido a la alerta por la variante ómicron del COVID-19. Sin embargo, ese no será el caso de Susana, analista 1 de operaciones de llamadas del Sistema Integrado de Seguridad ECU911, de 36 años y madre de cuatro niños.
Ella es la encargada de un equipo de operadores call center que reciben todas las alertas que se reportan en Guayas y Santa Elena, a excepción de Guayaquil, que tiene su atención con otro equipo.
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A ella le corresponden los turnos tanto de Navidad como de Fin de Año, junto a unas 18 personas dentro del centro de operaciones del ECU911 en La Puntilla, en Samborondón. Allí el ambiente de trabajo es 24/7, la rotación de turnos se realiza sin paralizar la recepción y atención de llamadas con diversas alertas ciudadanas.
“Aquí la sala de operaciones siempre vive, no sabemos si es de día o es de noche, pero es muy grato servir a la ciudadanía. Aquí también somos una familia, y en el momento de la Navidad o el Año Nuevo nos abrazamos, nos deseamos lo mejor. Incluso con quienes llaman les tomamos todos los datos de la ficha para que lleguen de la manera más exacta y rápida para despachar la novedad y al finalizar la llamada nos dicen ‘feliz noche, feliz Navidad, feliz año’. Es muy lindo ese gesto de los ciudadanos, que saben que estamos ahí para servirlos, que valoran el trabajo”, explicó.
https://www.eluniverso.com/noticias/2020/08/31/nota/7961695/profesiones-riesgo-coronavirus-educacion-trabajos-futuro/
Dijo que estos turnos festivos son con alta demanda de llamadas, ya que hay movilización de personas. “Los principales reportes son por los escándalos en la vía pública, libadores, denuncias por la quema de años viejos, venta de juegos pirotécnicos, venta de productos ilegales, ahora por la pandemia se reporta mucho el incumplimiento de las medidas como el aforo de personas, el no uso de la mascarilla”, indicó.
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Susana comentó que sus hijos ya se han acostumbrado a las jornadas de trabajo variables, según los turnos. “Por ejemplo, este año me toca en Navidad amanecida y en Fin de Año me tocó con quiebre, es decir, vengo al primer turno del 31, luego ingreso en la noche del mismo día hasta amanecida, eso conocemos como quiebres. Ya sabemos cómo nos toca cada año; el año pasado tuve libre ambas fechas, me tocó compartir con mi familia, este año trabajo”, contó.
Ella indicó que adelanta la celebración de Navidad y Fin de Año junto con sus niños, su esposo y su papá y mamá. “Ellos me dicen: mamá, en qué horario estás’ ¿Hoy cenamos temprano? Hacemos toda las actividades previo a mi trabajo. Mi esposo como tiene horario de oficina ya se queda con ellos y mis padres, eso me deja tranquila porque nosotros sí festejamos pero un poco adelantado, acomodándonos a los horarios”, afirmó.
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Situación similar se vive en la casa de Javier Tumbaco, de 46 años. Él es bombero-paramédico del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil y trabaja en el cuartel Compañía 9 de Octubre, ubicado en la avenida 9 de Octubre y Escobedo, en el centro de la urbe.
Él comentó que mañana y pasado pasará junto a su familia la celebración de Navidad, pero el 30, 31 y hasta las 08:00 del primero de enero pasará de turno en el cuartel en la atención de emergencias que requieran su labor como paramédico.
Javier explicó que no es la primera vez que le corresponde cubrir esta guardia, que hay mucha demanda de atención de emergencia, sobre todo porque lastimosamente se evidencian mayores reportes de eventos por tránsito como accidentes, que requieren la asistencia de los heridos.
Destacó que en su equipo, en ese cuartel, habrá otro paramédico y otros dos bomberos que están atentos también para las novedades que tengan que ver con incendios durante ese turno. Esta situación se repite en los cuarteles del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.
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“Siento gran satisfacción en poder asistir las emergencias que se presentan, hay que tener la vocación, ese don de servicio porque sí es difícil pasar lejos de la familia, pero sabes que alguien necesita de tu ayuda, está en una emergencia y dar tu aporte llena mucho”, sostuvo.
Añadió que tiene previsto, luego de su turno, salir con su esposa, Melba, de 41 años, y sus dos hijos Allan, de 12 años, y Eddy, de 9, para un viaje a la Península y así poder compartir en familia los primeros días del 2022.
Otra de las profesiones que no para de servir son las especialidades de salud como, por ejemplo, los doctores. Una de ellas es la médica-pediatra Mónica Ochoa García, de 36 años. Ella está encargada del área de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Neonatos en el hospital clínica San Francisco, en la Kennedy. Allí realiza la recepción neonatal, valoración y tratamiento de pacientes pediátricos que llegan a la emergencia, cuidados del neonato grave.
La mujer, residente en el norte de Guayaquil, comentó que pasará mañana y pasado trabajando en el hospital y que con sus “gorditos” Elian, 2, y Victoria, 4 años, junto a su esposo, Javier Illescas, compartirán una cena horas antes de que ella entre al turno.
“Abrimos los regalos antes de medianoche o por la mañana del día siguiente, pues ellos duermen temprano y dependiendo del turno que me toque. Desde que me gradué de médico siempre me ha tocado guardia en feriado de Navidad o Fin de Año. Ahora es un poco diferente porque mis hijos están en época escolar y preescolar y se empiezan a dar cuenta de que mamá no está en Navidad”, comentó.
Y en el ámbito de operaciones aeroportuarias también hay decenas de profesionales que trabajan 24/7. Uno de ellos es el controlador de tráfico aéreo (ATC por sus siglas en inglés Air Traffic Control), Alejandro Coronado, de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC). Él tiene 20 años desempeñando esa profesión que requiere de mucha responsabilidad, paciencia y empatía, detalló él.
Comentó también que ellos trabajan en horarios rotativos con jornadas de 12 horas. “Para esta ocasión, el 24-25 de diciembre estoy libre y para el 31-1 de enero trabajo en turno nocturno desde las 19:00 hasta las 07:00”, comentó.
Añadió que las funciones de un controlador de Tránsito Aéreo tiene un alto grado de responsabilidad. “Mi trabajo consiste en tomar decisiones continuamente basadas en la reglamentación y disposiciones vigentes emitidas por la Autoridad Aeronáutica, para garantizar la seguridad de las operaciones aéreas y consecuentemente la vida de los usuarios del transporte aéreo”, comentó.
Agregó que la afectividad de la comunidad aeronáutica se hace presente con mensajes de “feliz Navidad o feliz Año Nuevo” por parte de las tripulaciones de vuelo y de los colegas controladores de los países adyacentes. Y que siempre se trabaja en equipo.
Indicó que después de su turno, en el Año Nuevo tiene previsto compartir un almuerzo junto a su esposa y sus tres hijos.
La DGAC informó que a nivel nacional trabajaran 78 ATC en el día 24 y 31 de diciembre. Solo en Guayaquil serán 23 ATC trabajaran en esos días festivos. (I)