El corredor de la avenida Ernesto Albán, entre la avenida Domingo Comín y la av. 25 de Julio, se continúa transformando a paso acelerado. De ser residencial está dando lugar al comercio y la gastronomía.

A lo largo de los 700 metros de la vía, en los recientes meses existe una mayor presencia de negocios gastronómicos y de servicios.

Actualmente se ubican locales médicos, centros de estética, farmacias y establecimientos de encomiendas, y una variedad de locales gastronómicos han ido en crecimiento en la época pospandemia. Sobre todo hay carnes, asados, mariscos, empanadas y sánduches.

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Sobre una esquina cercana a la avenida 25 de Julio aparecen varios locales nuevos, como una marisquería, otro de sánduches de cerdo y un local de servicio de encomiendas, que antes era una cafetería.

En el segundo espacio, alrededor de las 17:30, un colaborador del local Pinche Cerdo despacha pedidos de sánduches basados en cerdo, como pulled pork (cerdo mechado) y costillas, que se venden por $ 2,99 y $ 3,95, respectivamente.

Conforme cae la tarde se da un mayor movimiento de comensales en este local, que se ubica entre los más nuevos.

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Su dueño, Luis Veintimilla, quien también reside por la zona, contó que apostó por alquilar uno de los locales por el continuo movimiento de la zona y por encontrar una alternativa de comida nueva para el sector.

“Pensé en hacer algo diferente. Preferí ir por un producto que no es tan común por acá”, dijo el representante, que por los constantes pedidos de la clientela añadirá la hamburguesa de res con queso en su menú.

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Él auguró que más locales bajo un mismo concepto, específicamente de comida, se concentren en la vía para que esa zona sea conocida por un giro de negocio predominante, como ocurre en la calle Ayacucho con los respuestos y accesorios de autos.

“Antes no había tanto (locales comerciales); ahora todas las casas que tienen fachadas adelante se hacen locales. Mejor es que sean más locales de comida”, expresó él.

Puesto móvil policial se mantenía en la zona en semanas anteriores. Foto: Ronald Cedeño

Debido a la situación de seguridad, el propietario comentó que ha bajado la asistencia de comensales, aunque se mantiene una clientela fija que prefiere asistir en sus vehículos y consumir dentro de estos.

Avanzando en dirección a la av. Domingo Comín también hay locales tradicionales de morocho, farmacias e incluso un local de servicio de boletería y encomiendas de una cooperativa que se dirige a Esmeraldas. Esta última se muestra como opción para evitar dirigirse hacia la terminal terrestre en caso de buscar pasajes y despacho de paquetes.

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Entre esos espacios, situados frente a una plaza que alberga una tienda departamental, se ubican otros espacios nuevos de empanadas, sushis, parrilladas y asados, y también centros estéticos, como una peluquería y una barbería.

El local Gorditos Grill es otro de los espacios nuevos abiertos en época pospandemia.

Cristian Játiva, administrador de Gorditos Grill, apuntó que los dueños del inmueble desocuparon el predio y aprovecharon el espacio para darle un giro de negocio, ya que la vía mantiene un trajín constante de usuarios.

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Él expuso que la ubicación frente a la plaza, que alberga una tienda departamental, se convierte en un punto a favor por el imán de público que se puede ver atraído por llegar a comer en su local.

Oferta de asados también se expande en ese corredor vial. Foto: Ronald Cedeño

En este local de Gorditos Grill se apuesta por los asados y parrillas, con cortes como picaña, colita de cuadril, lomo de asado, rib eye y lomo fino, todo al grill, con precios que van desde $ 3,90 hasta $ 17. Estos pueden ir acompañados de arroz con menestra.

“Hay clientes que vienen hasta del norte; gente que antes vivía por aquí recorren el sector, ven el local nuevo y siguen viniendo para acá. La acogida es muy buena”, dijo el administrador.

Él expuso que la seguridad en la zona, sobre todo en las noches, debería mejorarse, así como los controles a personas que suelen merodear para aprovecharse y sustraer artículos de automóviles estacionados.

“Veo que ha crecido mucho, porque hay tres a cuatro restaurantes nuevos en un año prácticamente, y de hace dos años unos seis a siete que han abierto. La gente cuenta con más opciones, inclusive de bares. Hay de todo para escoger”, comentó el administrador.

Beatriz Morán asiste a diario a la zona por cuestiones laborales, aunque hace una década vivía en un barrio cercano. Ella contó que ha notado un desarrollo netamente comercial que favorece a la gente emprendedora y también a los residentes de cierta manera, por tener distintas opciones para cada gusto y necesidades.

Sin embargo, ella apuntó que este crecimiento debe aplicarse de manera ordenada para evitar afectaciones y molestias en el tráfico, aseo y ruido.

En los primeros días de noviembre, un puesto móvil de la Policía y un patrullero se mantenían dando apoyo en la vigilancia en el sector. (I)