Cuando el correísmo llegó a Carondelet, los distritos fueron parte de la reorganización de algunas áreas. Una forma que se usó para descentralizar funciones de ciertos sectores.

El alcalde electo de la Revolución Ciudadana, Aquiles Álvarez, quien ganó con el 39 % de los votos, es partidario de aplicar un modelo descentralizado en Guayaquil.

De allí que durante su campaña, el exdirigente deportivo y empresario trató de posicionar el concepto de una reorganización administrativa de la ciudad, pues consideraba que el modelo de parroquias ya no respondía a la realidad de la ciudad, que bordea los 3 millones de habitantes.

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Él mencionó que hay una ordenanza de límites de 1956, creada en la administración de Emilio Estrada, cuando la ciudad tenía 250.000 habitantes y que ya no estaría acorde con esta realidad.

Álvarez apunta a una reorganización de parroquias y distritos que permita atender a los sectores de acuerdo con sus necesidades y acercar la administración municipal a esas zonas.

“Una gran obra será organizar Guayaquil, parroquias y distritos, con diferentes centralidades, reorganizando parroquias en distritos”, dijo Álvarez en sus intervenciones de campaña.

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En ese sentido, dijo, la parroquia Ximena, que tiene unos 600.000 habitantes, se podría dividir en tres sectores para descentralizar el Municipio.

Una de las propuestas del nuevo alcalde en esta nueva organización es establecer, por ejemplo, las unidades municipales parroquiales (UMP) en los barrios para aproximar los servicios municipales.

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Imagen de una de las UMP que pretende impulsar Aquiles Álvarez.

Así, Ximena podría contar con esos puntos de UMP para “conectar a la gente con el Municipio”.

Serían UMP con ventanillas de servicios básicos, centro de cuidado infantil, espacios de coworking, internet, programas de artes, cultura y deportes. Además de brigadas médicas con psicólogos y psiquiatras.

“Acercaremos el Municipio a la gente. Crearemos la UMP. Van a conectar al Municipio con la gente”, indicó el candidato del correísmo.

Álvarez indicó que los CAMI, que actúan como casas comunales, se crearon en su mayor parte en la administración de León Febres-Cordero.

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Con la nueva reorganización, parte de los empleados actuales que laboran en el edificio del centro serían reubicados en estas nuevas dependencias descentralizadas.

En su plan de trabajo se baraja el concepto de las “centralidades urbanas de quince minutos”, que fusionan dos ideas: las “centralidades urbanas”, que plantea el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), y la “ciudad de quince minutos”, que han promovido la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y sus asesores urbanistas.

Una centralidad urbana es una zona de una ciudad que, debido a su historia, equipamientos, procesos económicos, densidad poblacional, accesos viales u otras variables urbanas, genera una gravedad mayor que otras áreas; mientras que una ciudad de quince minutos es aquella en la que los ciudadanos solo deben desplazarse durante un tiempo máximo de 15 minutos para satisfacer sus necesidades básicas.

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Álvarez ha manifestado que hay dos Guayaquil, una que se presta bonita para la foto, que se debe mantener, y otra que es la olvidada, donde hay barrios sin servicios, sin parques.

“Todos los barrios marginados tendrán 100 % de cobertura”, dijo.

En su campaña, Álvarez ha indicado la importancia de administrar bien el presupuesto municipal, priorizando las necesidades. Él ha hablado de que la ciudad tiene un presupuesto de $ 1.000 millones si se cuentan los ingresos de las fundaciones.

¿Es factible una reorganización?

Manuel Macías, del Observatorio de Políticas Públicas de Guayaquil, indicó que la propuesta de Unidades Municipales Parroquiales y el concepto de ciudad de 15 minutos es factible de aplicar, pues ya se ejecuta en otras urbes.

“Lo de las ciudades de 15 minutos es un concepto amplío, porque implica tener barrios que estén más consolidados, donde se tenga todo tipo de servicios, que todo esté al alcance, la cosa sería hacerlo algo más amplío en zonas con menos servicios”, indicó.

Macías señaló que por las Unidades Municipales Parroquiales se puede entender que van a concentrar servicios municipales, pero no es un asunto novedoso, especialmente cuando hay servicios a los que se puede acceder por la tecnología. Además, los CAMI actuales funcionan con ciertas actividades y servicios.

Para Macías, el desafío es buscar el espacios para construir esas unidades.

Recordó que ya Guayaquil cuenta con un plan de desarrollo de ordenamiento territorial y un plan de gestión de suelo, donde se ha dividido por zonas y subzonas al cantón. “Es deseable tomar ese trabajo hecho para saber cómo reorganizar e implementar ese tipo de unidades municipales parroquiales y que cumplan con criterios de equidad”, indicó. (I)