Desde las calles históricas hasta modernas edificaciones, Guayaquil ha sido testigo del paso del tiempo y de la evolución de sus tradiciones. Una de esas tradiciones es la elección anual de su reina, una figura que va más allá de un rostro bonito, y que busca representar a la mujer guayaquileña en todo su esplendor: inteligencia, carácter y compromiso con la sociedad.