Respetar la vida de los seres, por pequeños que estos sean es un deber que algunos humanos se saltan. Es el caso de un jubilado de 78 años que se enfrenta a una sanción de hasta 200.000 euros por eliminar indiscriminadamente varios nidos de golondrina común en su vivienda. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de España acudieron al lugar y constataron la destrucción de al menos 16 nidos. Restos de barro y fragmentos aparecieron en la acera y sobre vehículos cercanos, lo que evidenció la reciente intervención humana.A pesar del daño, varias aves regresaban al sitio intentando reconstruir sus nidos, mostrando su fuerte instinto de cría y apego al entorno habitual.El hecho ocurrió en mayo en la comarca del Arlanza, en el oeste de la provincia española de Burgos. Fue denunciado por un vecino que alertó a la Guardia Civil, reseña <a href="https://okdiario.com/curiosidades/anciano-elimina-nidos-vivienda-burgos-cae-multa-200-000-euros-15010671" target="_self" rel="" title="https://okdiario.com/curiosidades/anciano-elimina-nidos-vivienda-burgos-cae-multa-200-000-euros-15010671">Ok Diario.</a><b>La ley protege incluso los nidos vacíos</b><b>La golondrina común (Hirundo rustica) </b>está protegida por la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad. Esta normativa prohíbe expresamente dañar o retirar nidos, incluso si están vacíos o fuera de temporada reproductiva.Además, la especie figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Las infracciones pueden ser consideradas graves, con multas que oscilan entre los 5.001 y los 200.000 euros (unos 230 mil dólares), dependiendo del impacto ambiental causado.El caso está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción de Lerma, un municipio de la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Esta instancia determinará la responsabilidad y el alcance de la sanción.Las golondrinas no solo tienen valor estético: son esenciales para el control de insectos y plagas. Su dieta insectívora las convierte en aliadas del equilibrio ecológico, tanto en zonas urbanas como rurales.La desaparición de estas aves puede alterar gravemente los ecosistemas. “Protegerlas es una responsabilidad colectiva”, señalaron agentes del <b>Servicio de Protección de la Naturaleza</b> tras agradecer la denuncia ciudadana que permitió actuar con rapidez.Este caso pone de relieve cómo una acción aparentemente menor puede tener grandes consecuencias legales y ambientales. Y cómo la colaboración vecinal puede ser clave para preservar la biodiversidad. <b>(I)</b>