Comprender el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA) es esencial para dar una atención temprana al paciente. Aunque puede que no sea fácil de procesar, la terminología que viene usándose desde hace mucho tiempo ya ha cambiado y por tanto puede que ya no sea precisa. Algo sí hay que tener claro, es que tanto el síndrome del Asperger como el autismo afectan el desarrollo del cerebro.