El federalista Partido Liberal de Québec (PLQ) ganó este lunes las elecciones en esa provincia canadiense con mayoría absoluta, arrebatando el Gobierno al soberanista Partido Quebequés (PQ).

Los resultados dados a conocer por la Dirección General de Elecciones de Québec señalan que el PLQ ha obtenido 70 (20 más que en las pasadas elecciones) de los 125 diputados del parlamento provincial, la Asamblea Nacional.

El líder del PLQ, Philippe Couillard, se convertirá en el próximo primer ministro de la provincia durante los próximos cinco años.

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En segundo lugar quedó el PQ al obtener 30 diputados, 24 menos que en las elecciones de 2012. Entre los escaños perdidos por los soberanistas está el de la hasta ahora primera ministra de Québec, Pauline Marois.

El partido nacionalista conservador Coalition Avenir Québec (CAQ) pasó de 19 a 22 escaños mientras que los independentistas de izquierda de Québec Solidaire (QS) ganó un escaño y ahora tendrá tres diputados.

Pocos minutos después de las 23:00 hora local (03:00 GMT del martes), Marois, que hizo historia en 2012 al ganar las anteriores elecciones y convertirse en la primera mujer que lideró el Gobierno de Québec, reconoció la derrota y anunció su dimisión como líder del PQ.

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Marois también hizo una apasionada defensa de la lengua francesa y solicitó la defensa del idioma en Norteamérica.

Por su parte Couillard dijo que Québec necesita "reconciliación" tras una dura campaña electoral y señaló que se concentrará en "economía y empleo" dejando claro que su Gobierno no tiene ningún interés en dedicar tiempo y esfuerzos al ideal soberanista.

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El primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, dijo en un comunicado que "los resultados claramente demuestran que los quebequeses han rechazado la idea de un referendo" soberanista.

Más de 21.000 colegios electorales abrieron sus puertas a las 09:30 hora local (13:30 GMT) para que los habitantes de la provincia emitieran sus votos para elegir a los 125 diputados del parlamento provincial, la Asamblea Nacional.

Los colegios electorales permanecieron abiertos hasta las 20:00 hora local (00:00 GMT del martes) en la mayor provincia de Canadá, con una extensión de 1,3 millones de kilómetros cuadrados.

La jornada electoral discurrió sin incidentes. Los líderes de los dos principales partidos, la primera ministra provincial y líder del PQ, Pauline Marois, y el dirigente del PLQ, Philippe Couillard, votaron en la mañana en sus respectivas circunscripciones.

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Marois, que convocó elecciones anticipadas sólo 18 meses después de la anterior elección provincial para intentar conseguir la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, declaró que estaba "serena" poco después de depositar su voto.

"Confío en los quebequeses, que elegirán un buen gobierno que les dirija", dijo la soberanista Marois a los medios de comunicación que esperaban a la salida del colegio electoral en la pequeña localidad de Beaupré, en las afueras de la ciudad de Québec.

Por su parte, el federalista Couillard votó en la localidad de Roberval, a unos 250 kilómetros al norte de la ciudad de Québec.

Couillard bromeó con el hecho de que los quebequeses acudan de nuevo a las urnas, sólo 18 meses después de las últimas elecciones provinciales.

"Tenemos suerte de vivir en una democracia donde votamos por nuestro gobierno cada cuatro años, o a veces incluso más a menudo", dijo Couillard.

Una proyección de votos dada a conocer tras la apertura de los colegios electorales por el blog político ThreehundredEight.com, especializado en análisis estadístico de elecciones en Canadá, ya señalaba que Couillard y los liberales estaban destinados a hacerse con el poder en Quebec.

Aunque los quebequeses votaban la composición de la Asamblea Nacional y su próximo gobierno provincial, la campaña electoral ha estado dominada por la posible celebración de un referendo independentista en caso de una victoria por mayoría absoluta del PQ.

Marois y el PQ no han ocultado que su objetivo final es celebrar una consulta popular sobre el tema pero han rechazado las acusaciones de Couillard de que su agenda oculta en caso de victoria es la celebración del que sería el tercer referendo independentista de Quebec.

La provincia, bajo gobiernos del PQ, ya celebró dos consultas en 1980 y 1995. Tras perder esta última por un escaso margen de menos de medio punto porcentual, el PQ asumió una política no oficial por la que no celebraría otro referendo hasta que se diesen "condiciones ganadoras".