El intenso sol de la mañana de ayer no doblegó a los miles de católicos que se unieron a la celebración por el Señor de la Divina Misericordia, en el santuario de aquella advocación de Jesucristo, en el km 26 de la vía a la costa. Los creyentes se movilizaron masivamente para la eucaristía de las 11:00, en la que se celebró también la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.

El templo estuvo repleto. Las carpas y sillas que se ubicaron en el exterior del santuario resultaron insuficientes.

Cientos de católicos siguieron la misa de pie, como Jackeline Triviño, su esposo e hija. Ellos son devotos de Señor de la Divina Misericordia y afirmaron que cada año acuden a la fiesta. “Él siempre me cuida y me da su gracia al cumplir mis pedidos. Hoy (ayer) le pido por mi salud, porque padezco de epilepsia. También pido por mis hijos y hogar”, expresó la habitante de Los Rosales.

Publicidad

Silvino Castro, habitante de la cdla. Kennedy, afirmó estar emocionado de ver la devoción de los guayaquileños.

“Impresiona ver gente de distinta clase social, niños y adultos, todos unidos en la fe del Señor de la Divina Misericordia”, comentó Castro, quien exhibía en el cuello una cadena de Juan Pablo II. En 1985, él y su esposa tuvieron la oportunidad de asistir a las celebraciones religiosas en las que estuvo el hoy santo, en su visita a Guayaquil.

Antes de la misa, cientos de feligreses participaron en una peregrinación de dos kilómetros, del peaje al santuario.

Publicidad

Eduardo Romero y su esposa, Lucete Alcívar, gestores del templo, recibieron la distinción de Caballero y Dama de la Orden de San Gregorio Magno, enviada desde el Vaticano por el papa Francisco.

Apuntes
Tráfico

Publicidad

Congestionamiento
En la vía a la costa, agentes de tránsito detenían por momentos la marcha de carros en el sentido Salinas-Guayaquil, para facilitar su ingreso al santuario. La columna de vehículos alcanzó más de un kilómetro.