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Si las entrañas de Guayaquil son manglar y el manglar es el hogar los cangrejos, cobra sentido que a este crustáceo se lo sienta tan propio, tan cercano, tan inseparable de una ciudad que lo devora caliente y húmedo, como su clima.
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Dicha decisión fue tomada luego de recibir la queja de un residente sobre la idoneidad del programa
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