Ruptura de los 25 no descarta aplicar a una nueva inscripción para “seguir teniendo una voz política”. Hay acercamientos con organizaciones políticas, barriales, sociales, de mujeres, de defensa de la naturaleza y derechos humanos para formar una plataforma que busque la igualdad y justicia, principios que tuvo en los diez años de esa organización eliminada del mapa electoral, según su vocera María Paula Romo.

Su escenario fue diverso en esa década. Nacieron como un grupo de universitarios que cuestionaban los primeros 25 años de democracia, después fueron parte de los forajidos que cuestionaban el expresidente Lucio Gutiérrez, y luego se unieron al régimen de Rafael Correa. La ruptura con Alianza PAIS se dio en el 2011. Un año después lograron inscribirse como un movimiento nacional y hoy ya está extinto a falta de votos y participación.

Su candidato presidencial, Norman Wray, logró el 1,31 % de los sufragios del 2013, que fue menos de los votos de las firmas que presentaron para obtener su registro. En las seccionales no participaron. Por eso el Consejo Nacional Electoral (CNE) les retiró su personería jurídica: no obtuvieron votos suficientes en dos procesos consecutivos.

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Su mejor momento fue tras respaldar la campaña de Correa en la segunda vuelta del 2006: ocuparon altos cargos y llegaron a la Asamblea Constituyente de Montecristi y de la Asamblea Nacional pasada.

Romo fue vicepresidenta de la mesa de Legislación y Fiscalización de la Constituyente y lideró la Comisión de Justicia y Estructura del Estado de la Asamblea entre agosto del 2009 y julio del 2011. Antes fue miembro de la comisión del Consejo de Educación Superior a cargo de elaborar un proyecto de Constitución.

Para ella, formar parte de la Constituyente fue el punto de partida con el régimen. Ahí se buscó, anota, crear un pacto social para profundizar el respeto por la naturaleza, la diversidad, la búsqueda de igualdad, un Estado presente que cumpla su papel en la sociedad.

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Y cuando se optó por cambiar la justicia se dividió el camino de los ruptura. Entonces Alexandra Ocles y Juan Sebastián Roldán, exsecretarios de los Pueblos y Transparencia; el exgobernador de Guayas, Francisco Jiménez; y los concejales de Quito, Wray, y de Guayaquil, Gina Galeano, apoyaron la decisión. Fernando Bustamante y Julio César Quiñónez continuaron en AP. Hoy el primero es asambleísta y el otro secretario Técnico de Prevención de Asentamientos Humanos Irregulares. Ocles volvió otra vez a AP y es legisladora.

“Ahora vemos que fue la mejor decisión (separarse), pero somos respetuosos de quienes decidieron quedarse en el Gobierno”, manifiesta Romo.

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Jiménez se separó hace un año del grupo. Para él, es difícil determinar si Ruptura pasó de aliado a opositor, pues siempre trataron “de ser coherentes con lo que pensamos” y que bajo esa línea actuaron en lo político.

Dice que aunque en lo electoral no se consolidaron buenos resultados se deja un legado enriquecedor por sus propuestas. “Pensamos que en las presidenciales el país estaba listo para una tercera propuesta alternativa a lo que representaba el oficialismo o la derecha, pero el electorado no lo vio así”.

Byron Rosales, director provincial del desaparecido Ruptura en Guayas, asegura que los militantes mantienen su rechazo a las políticas o pretensiones del Gobierno en temas como la explotación del Yasuní y la reforma constitucional para, entre otras cosas, permitir la reelección indefinida.

Grupos políticos
Desaparecidos

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Pendiente demanda afuera
El desaparecido movimiento Ruptura insistirá hasta antes de fin de año –en el ámbito internacional– en plantear una demanda en contra del Estado ecuatoriano porque aduce que no se respetaron sus derechos políticos.

Partidos en nuevo proceso
El Consejo Electoral también borró en septiembre pasado definitivamente al Movimiento Popular Democrático, Partido Roldosista Ecuatoriano y Prian. Los dos primeros emprenderán una nueva inscripción.