Algo más de un año tomó la investigación para llevar a juicio a cinco sospechosos de asesinar a un padre y su hijo, en la parroquia de Amaguaña, al suroriente de Quito, por robarles $ 25.000 dentro de un bus de servicio público.

El juzgamiento empezó esta lunes en el Tribunal Primero de Garantías Penales de Pichincha y podría extenderse por varios días.

El hecho ocurrió el 5 de febrero del 2014. José Chagoluisa de 63 años y su hijo Fernando de 33 años acudieron a una entidad bancaria en Salgonquí (oriente de Quito) para retirar el dinero que iba a ser usado para saldar una deuda.

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Con el dinero, y sin pedir resguardo policial, los hombres abordaron un bus hacia Amaguaña, donde vivían. Pero en el camino fueron abordados por tres sujetos que con pistola en mano exigían la mochila que contenía la cuantiosa suma.

Al ver que Fernando se aferraba a la maleta los delincuentes le dispararon en varias ocasiones hiriéndolos en diferentes partes del cuerpo. El joven murió en el lugar, mientras que el padre falleció en un hospital de Sangolquí.

Los tres sospechosos huyeron en dos motociclistas que los esperaban. Todo quedó grabado en las cámaras de seguridad del transporte público.

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Fue justamente el video lo que permitió la captura, en primera instancia, de dos de los cinco procesados. Uno de ellos era conocido por los policías y se trata de Meder S., que había sido condenado a 25 años de prisión, por la muerte del exboxeador Jaime Quiñónez y estaba prófugo (abandonó el CDP en el 2013).

La Fiscalía llamó a 25 testigos para la audiencia de juzgamiento. Uno de los primeros en subir al estrado esta mañana fue un investigador de la policía que realizó la primeras pericias tras el crimen.

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En su testimonio reveló que ninguno de los pasajeros del bus quiso dar su declaración por miedo. “Solo una señorita universitaria cooperó y pudo reconocer la fisonomía de dos de los asaltantes y fue cotejado con los registros que teníamos en la Policía”, dijo el uniformado.

El resto de los presuntos participantes del asesinato fue detenido luego de realizar triangulación de llamadas y detectar, con la ubicación de sus teléfonos celulares, el lugar donde se encontraban el momento que se produjo el delito.

Los procesados escucharon la audiencia por video conferencia desde el Centro de Rehabilitación Social de Guayaquil como medida de seguridad. De ser encontrados culpables podrían recibir penas de entre 16 y 25 años, informó la Fiscalía. (I)