Un tribunal egipcio condenó ayer a muerte al expresidente islamista Mohamed Mursi, derrocado por el ejército en 2013, por actos violentos y por fugarse de prisión durante la rebelión de 2011 contra el régimen de Hosni Mubarak.

Horas después de esta condena, criticada por la organización de derechos humanos Amnistía Internacional y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, dos jueces y un fiscal egipcios, así como su chofer, murieron a balazos en el primer ataque contra magistrados cometido en la península del Sinaí.

El tribunal impuso también la pena capital a un centenar de acusados, entre ellos varios dirigentes de los Hermanos Musulmanes.

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Mursi, quien enfrenta otros dos procesos –uno por “desacato a un tribunal” y otro por dar información clasificada a Catar– fue derrocado en julio de 2013 por el ex jefe del ejército y actual presidente de Egipto, Abdel Fattah al Sisi, tras un año en el poder. Desde entonces, las autoridades han emprendido una dura represión contra el movimiento político del expresidente. (I)