Entre duras críticas, exaltaciones de sus logros políticos y ligeras bromas se dio el último discurso de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta de Argentina. Este miércoles, mientras ya era de noche en Buenos Aires, la aún mandataria se dirigió a una militancia oficialista que colmó la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, y que llegó desde distintas partes del país.

En su discurso, que se dio entre cánticos y frases de rechazo a la nueva gestión que estará liderada por el liberal Mauricio Macri, Fernández también incluyó el "revés político" del socialismo en América Latina. "Hoy la región atraviesa un momento diferente. No está él (Néstor Kirchner), tampoco está Hugo (Chávez, expresidente de Venezuela), y vemos que se intenta, y en algunos casos se logra, cambiar", señaló, refiriéndose a que su partido, el Frente para la Victoria, no logró hacerse nuevamente de la presidencia con Daniel Scioli como candidato.

Y su discurso seguía, hasta que se dio cuenta de que el tiempo no se detenía tras mirar el reloj de su muñequera. "Ya hay que terminar... -sus militantes gritaron un "nooo"- Sí, sí, porque ya mismo me convierto en calabaza", dijo a modo de broma, como cuando en los cuentos infantiles la magia de las princesas llegaba a su fin a la medianoche.

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Es que hasta las 23:59 local (21:59 de Ecuador), Fernández es presidenta de Argentina, luego de eso, no asumirá inmediatamente Macri, pues él lo hará al mediodía del jueves. Solo por doce horas posteriores, la presidencia estará a cargo de Federico Pinedo, presidente Provisional del Senado y, además, del partido de macri.

La presidenta en su discurso. Foto: AFP

Esto se dio luego de que el Poder Judicial dictaminara que a la medianoche terminaba el periodo de Fernández.

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La medida también fue punto de crítica de la aún presidenta. "Me hubiera encantado entregar los atributos de mando en la Asamblea Legislativa..., pero bueno, la verdad es que he visto muchas medidas cautelares (...), pero les puedo asegurar que en mi vida iba a haber un presidente cautelar durante doce horas en mi país. Ni el 51% de que los votó (a Macri) ni el otro 49% que lo hizo por nosotros se lo merecía", expresó Fernández.

La entrega de los símbolos del poder será en la Casa Rosada y no en el Congreso, como pretendía la mandataria saliente. La medida cautelar puso fin a un conflicto que llevó a situaciones grotescas como la disputa por el bastón de mando.

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En el fallo del miércoles se estipula que Macri no podrá asumir el poder hasta que no preste el juramento previsto para el mediodía del jueves en el Congreso de la Nación.

Por otro lado, ella se refirió al futuro gobierno de Macri: "Si después de estos intensos doce años y medio con todos los medios de comunicación hegemónicos en contra, después de doce años y medio de hostigamiento permanente del partido judicial... Si después de tantos palos en la rueda, de tantos golpes e intento de golpes destituyentes, podemos estar aquí dando cuentas al pueblo... Imagino cuánto podrán hacer los que tienen todos estos factores a favor".

Al final de su discurso, Fernández agradeció a los que la fueron a despedir. "Gracias por tanta felicidad, gracias por tanto amor, los llevo en mi corazón".

Develó busto de Néstor Kirchner

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La presidenta durante el desvelamiento del busto de Néstor Kirchner. Foto: AFP

Más temprano, Cristina Fernández participó de un acto junto a su par de Bolivia, Evo Morales, en el que inauguró en la Casa Rosada una escultura en homenaje a su difunto esposo y antecesor inmediato en el cargo, Néstor Kirchner.

Al inicio de su discurso, la presidenta mencionó que en el 2003, Néstor Kirchner había transformado "una nueva Argentina desde las ruinas que la había recibido".

Recordó también la asunción de su esposo. "A doce años y medio de esa Argentina sin trabajo, sin esperanza, sin sueños, casi sin Patria, él vino desde el sur, colándose por las hendijas de la historia, por la que hombres impensados pueden hacerse cargo de un país, de su pueblo y también de la historia", destacó. (I)