Cuando apenas habían transcurrido dos días después del terremoto en Ecuador, unos 40 rescatistas españoles aterrizaron en Manabí. Parte de ese equipo humano que de inmediato brindó ayuda para hallar sobrevivientes entre los escombros no faltó a la misa en recuerdo de las 661 víctimas que la noche de este martes presidieron los Reyes, Felipe y Letizia, en la catedral de la Almudena de Madrid. La labor de esos rescatistas para poner a salvo a un centenar de personas en poblados arrasados por la furia de la naturaleza un mes atrás es un símbolo de la hermandad que une a España y a Ecuador, en palabras del embajador Miguel Calahorrano.

La liturgia que ofició el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, acompañado por el nuncio, Renzo Fratini, el arzobispo castrense, Juan del Río, y un puñado de sacerdotes ecuatorianos evidenció precisamente eso, la cercanía entre los dos países.

Hasta las diferencias ideológicas quedaron relegadas. Los principales líderes políticos quisieron acompañar a los cerca de 400 ecuatorianos que ocuparon el espacio de la nave central para honrar la memoria de los fallecidos en la tragedia.

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De camino a la misa solemne, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, aseguraba a través de su cuenta de Twitter, “compartir el dolor” del pueblo ecuatoriano.

El pueblo español está con el pueblo ecuatoriano. Recuerdo y homenaje a las víctimas de los terremotos en #Ecuador pic.twitter.com/ap48uUo6Bf

En los bancos de autoridades destacaban, además, los número uno de Podemos, Pablo Iglesias, y Ciudadanos, Albert Rivera; la presidenta de los socialistas, Micaela Navarro; la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; y, los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y de Interior, Jorge Fernández Díaz.

Durante su intervención al finalizar la homilía, Calahorrano no dudó en resaltar la “enorme generosidad y fraternidad” de los españoles que encarnan “ese pequeño pero muy significativo grupo de rescatistas” y tampoco se olvidó de reivindicar el “trabajo mancomunado” de la colonia de ecuatorianos que sigue poniendo en marcha iniciativas para ayudar a los damnificados.

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La recaudación de la colecta de esta ceremonia religiosa será donada a Cáritas, que ayudará a hacer frente a las terribles consecuencias que sufrió Ecuador tras el terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter. (I)