Desde muy joven se afilió al partido Baaz Árabe Socialista y a partir de 1974 fue una gran figura del partido y llegó a ser presidente y luego se convirtió en dictador. Realizó una purga dentro de su propio partido en busca de opositores y propició el culto a la personalidad.

Su política expansionista y los intereses de las multinacionales que ambicionaban los pozos petroleros de la frontera lo llevaron a invadir Irán apoyado por Estados Unidos, Francia y Rusia. La guerra, conocida hoy como la Primera Guerra del Golfo, dejó muchos muertos y una pésima situación económica en ambos países.

En 1990 Irak invadió Kuwait, exigiéndole que bajara la producción y acusándolo de robarle petróleo. Estados Unidos apoyó a Kuwait. Una coalición internacional presidida por Estados Unidos lo obligó a retirarse y la ONU le impuso un embargo.

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Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, el presidente Bush incluyó a Irak, Irán y Corea del Norte en el “eje del mal”, y asegurando que Irak tenía armas nucleares para destrucción masiva logró que una coalición integrada por Estados, Unidos, Reino Unido, Australia, España y Polonia le declarara la guerra a Irak, en lo que se conoce como la Segunda Guerra del Golfo. Saddam salió de la capital y se ocultó por varios meses hasta que el 13 de diciembre de 2003 fue arrestado. El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de juicio, fue condenado a morir en la horca por el Alto Tribunal Penal Iraquí, que lo encontró culpable de delitos contra la humanidad. Fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006. (I)