Jorge Jurado no pudo contener su llanto al escuchar el nombre de su hija, de 17 años, mientras el féretro que tenía el cuerpo de la adolescente era colocado en un camión junto a otros seis más. Ese vehículo salió de la morgue del cantón Milagro y se estacionó en los exteriores, a la espera de los otros vehículos que llevarán al sur de Guayaquil los otros ataúdes de 13 fallecidos en un accidente de tránsito.