La mañana de ayer la avenida 9 de Octubre se vistió de blanco, el color que usaron miles de personas que marcharon en contra de la ideología de género y a favor de la familia.

Uno de los participantes fue el arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, quien se mostró complacido por la respuesta a la marcha que llenó la avenida. Aclaró: “Como religiosos solo acompañamos, pero los protagonistas principales son los padres y madres de familia...”.

Calificó a la ideología de género como un término equívoco con muchos significados e invitó a un diálogo para aclararlo: “Tenemos que sentarnos para conversar qué entienden esos señores por género y qué entendemos nosotros desde el punto de vista gramatical, filosófico, desde la ciencia, que sea un diálogo serio, profundo, no movido por ciertas pasiones, sino que la razón... sea realmente la que nos haga entender qué significa eso”.

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La marcha tuvo un final emotivo en la tarima en la calle Malecón donde, durante 20 minutos, intervinieron padres y madres de familia, una de ellas fue Gina de Martínez, quien con lágrimas expuso su preocupación. “A un niño no se le puede preguntar que qué quiere ser: niño o niña, por Dios”, reclamó llorando. (I)