La cebada y el trigo maduran en junio y agosto de cada año, en estos meses, los páramos de la provincia de Chimborazo se pintan de amarillo y es señal de que hay que empezar con la cosecha, en algunas comunidades indígenas (Colta, Guamote, Alausí), este es un ritual sagrado que se hace en minga, mientras se canta el jaway y se refrescan con chicha de jora.

El fin de semana, en la comunidad Sasapud Hospital, de la parroquia Columbe, del cantón Colta, técnicos de la Unidad de Desarrollo Rural Integral (UDRI) de Chimborazo, testimoniaron la cosecha de la cebada, en medio del canto de jaway. Lucas Llapalema, beneficiario de la comunidad, contó: “El jaway es el agradecimiento a la Pachamama (madre tierra) por haber dado el fruto, cosecha que es una costumbre de generación en generación, con los moradores de la comunidad que participan y aprenden a cosechar en medio del canto que, además de ser un agradecimiento, es un elogio a las mujeres y a los hombres que participan en esta costumbre ancestral indígena”.

También cada estrofa del canto en idioma quichua está dedicada a la tierra, al viento, al agua, al sol, a los animales.

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Manuel Chimbolema, de 80 años, cuenta que cuando tenía 10 era el encargado de repartir en pilches (vasos) la chicha para los trabajadores. “Así como varios vecinos de la comunidad aprendimos todas las canciones para comunicarnos en tiempo de cosecha con los dioses”, dice. Él, por ser el más antiguo de la comunidad, hoy lo llaman Taita Paqui, a manera de jefe de la cosecha. (I)