Dos intentos fallidos (uno dejó dudas sobre su derrota en 2006) no mermaron la ambición de Andrés Manuel López Obrador de convertirse en el presidente de México. Un objetivo que se cumplió este año y que asumirá oficialmente hoy.

Pese a que sus adversarios habían enarbolado en campaña la idea de que su ideología de izquierda sería una catástrofe para México como lo fue para Venezuela, la población cansada de la galopante corrupción y niveles históricos de violencia (122.000 homicidios dolosos en seis años) se lanzó masivamente a AMLO (como también llaman a este experimentado político de 65 años) y lo hizo arrasar en la elección de julio pasado, obteniendo el 53 % de los votos.

Desde que se anunció su victoria puso en marcha varias de sus propuestas de campaña, algunas de las cuales consiguió aun sin asumir el poder.

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La más polémica fue lograr la cancelación del nuevo aeropuerto de Ciudad de México mediante una consulta improvisada a la población. También hizo que su partido aprobara en el Congreso que ningún empleado público gane más que el presidente –y este se bajó el sueldo a poco más de $ 5.300– y la eliminación de los sueldos de los expresidentes.

Opositores como el senador Samuel García, del Movimiento Naranja, han dicho a CNN que AMLO también se ha desdicho de tres promesas: perseguir la corrupción del Prian (conjunto del PRI y el PAN, que gobernaron los últimos 80 años), bajar el precio de la gasolina y devolver al ejército a los cuarteles.

Además, ahora quiere crear una guardia nacional para atender la seguridad pública, algo que ha sido criticado por organizaciones como Amnistía Internacional, según la revista mexicana Proceso. Ante las dudas de esta decisión prometió hacer una consulta popular sobre el tema.

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El izquierdista tiene la compleja labor de implementar los planes sociales de su programa de gobierno sin llegar a desestabilizar o asustar al empresariado y a las inversiones. Mientras, el diario The Wall Street Journal dice que su llegada al poder ‘espanta’ a la inversión extranjera que él mismo llama, debido al caso del aeropuerto y la realización de consultas.

Incluso pese a sumar a su gobierno a importantes empresarios como asesores, organizaciones como el Consejo Coordinador Empresarial pidieron establecer políticas públicas que den certeza.

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“Va a haber un auténtico Estado de derecho. No va a haber expropiaciones, actos arbitrarios, vamos a terminar con la corrupción, con la impunidad, México va a ser un país seguro, un país que va a dar mucha confianza a la inversión”, ha respondido AMLO ante las críticas, según el diario Excelsior.

En tanto, El País apunta que varios analistas temen que pueda detener la reforma energética –puesta en marcha por la administración saliente–, que abrió el mercado a la inversión extranjera tras 76 años de mantener solo un control estatal.

A todo esto hay que sumarle cómo enfrentar las caravanas que atraviesan México para llegar a EE.UU., que le ocasiona problemas diplomáticos.

En el caso actual de la caravana de más de 5.000 centroamericanos que está varada en Tijuana, AMLO ha dicho que está dispuesto a albergarla mientras tramitan su asilo al vecino país. (I)

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