El cuarto de Juliana Campoverde sigue intacto, tal como ella lo dejó tras salir el 7 de julio del 2012 rumbo a su trabajo en el sur de Quito. Desde entonces no regresa, dice su madre, Elizabeth Rodríguez.

Más de seis años después, el 5 de septiembre último, se detuvo a un hombre como presunto responsable de la desaparición. El detenido, como parte de un acuerdo de cooperación eficaz con la Fiscalía, dijo que había arrojado el cuerpo de la joven en Bellavista, en el norte de Quito.

Pero los restos encontrados en el lugar no corresponden a los de Juliana, asegura Elizabeth, quien recuerda que al momento de denunciar la desaparición se encontró en la Policía con frases como: “Ya regresará; ha de estar embarazada, espere 9 meses”.

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El Consejo de la Judicatura expidió, en noviembre del 2012, el protocolo para la búsqueda de personas desaparecidas, perdidas o extraviadas, que en el art. 1 determina la atención inmediata de estos casos. Pero Lady R. cuenta que en junio del 2017 no pudo denunciar la desaparición de su madre en una Unidad de Policía Comunitaria del Suburbio de Guayaquil. “Nos dijeron que el último familiar que la vio, que fue un tío que vivía en Babahoyo, era quien tenía que denunciar”, dice.

La madre de Lady vivía sola y sus familiares se enteraron que una ambulancia la recogió grave tres días después del traslado, por lo que allí recién comenzó la búsqueda e intentaron denunciar el hecho.

Víctor Araus, titular de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), niega que se pudiera dar una reacción de ese tipo: “La Policía comunitaria está capacitada como para no dar esas respuestas... El policía por la radio comunica al ECU-911, actúa la Dinased y empieza la localización”, indica.

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La madre de Lady murió en agosto del 2017 en el hospital del Guasmo de Guayaquil. Su cadáver fue llevado a la morgue como N.N. sin identificar. Fue allí donde policías de la Dinased lograron identificar el cuerpo y llamaron a los familiares en agosto pasado, un año después de su muerte.

“Se levanta información en todas las morgues e incluso en cementerios de personas sepultadas como N.N., se hace un levantamiento dactilar y de perfil genético para comparar con el registro de desaparecidos”, asevera Araus.

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La Dinased reporta un total de 1.657 personas desaparecidas desde el 2014 hasta el 15 de octubre pasado. La Fiscalía registra 1.495 desde 1970 hasta el 30 de junio del 2018.

“La Fiscalía da una cifra, la Dinased da otra, no tienen unas estadísticas bien consolidadas como para que convenzan si es realmente el número de personas desaparecidas”, dice Rodríguez.

Aunque la disparidad puede corresponder a que cada fuente presenta datos que corresponden a periodos de tiempo distintos.

Isabel Cabrera, presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec). asegura que hace falta más personal especializado en la búsqueda. Ella misma desconoce que le pasó a su madre Leonor Ramírez, quien no regresa a su casa ubicada en el barrio San Juan, en el centro histórico de Quito, desde el 29 de abril del 2011. Tenía 73 años e inicios de demencia senil. (I)

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