El 19 de julio de 1979 la insurgencia nicaragüense, dirigida por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), logró derrocar después de varios años de lucha a la dictadura familiar de los Somoza, produciendo uno de los hechos más importantes del siglo XX en América Latina.

La victoria concitó un amplio interés y simpatías desde varios países, incluido Ecuador, donde se manifestó tanto antes como después del triunfo de la revolución con donaciones de alimentos, medicinas, creación de comités de solidaridad e incluso apoyo militante.

Cuando la dictadura de Anastasio Somoza Debayle arreciaba con mayor fuerza, en Ecuador aparecieron movimientos a favor de la lucha de la guerrilla. En 1978 se creó en Quito la llamada Coordinadora Nacional del Comité Ecuatoriano de Solidaridad con Nicaragua, que captó ayuda financiera y de vituallas para la población nicaragüense. El 29 de junio de 1979 envió 50 cajas de medicinas y alimentos para que fueran entregadas al FSLN.

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La organización también pidió al Gobierno militar de la época que rompieran relaciones diplomáticas con Somoza.

La Cruz Roja del Guayas, radio La Voz del Río Guayas e instituciones sociales y medios de cooperación organizaron la llamada Operación Nicaragua, con la que se enviaron donaciones a la Cruz Roja nicaragüense.

Ecuador estaba en pleno proceso de transición para volver a la democracia tras casi diez años de dictaduras. El presidente electo, Jaime Roldós, siempre manifestó su “apoyo irrestricto” al FSLN y ayudó a presionar al gobierno del almirante Poveda Burbano para que rompa relaciones diplomáticas, lo que ocurrió el 17 de junio de 1979.

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El entonces presidente ecuatoriano Jaime Roldós (i) durante su visita a Nicaragua, en julio de 1979.

''Mi condena más cabal a las atrocidades que se están llevando a cabo en la hermana República de Nicaragua, por eso afirmo que la amistad con Nicaragua impone un deber, y es romper con Somoza. Mi gobierno siempre estará al frente de la defensa de los derechos humanos. No solo en palabras sino en actitudes concretas porque lo mejor de decir algo, es demostrándolo", dijo Roldós en una ocasión.

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Roldós fue a visitar el 23 de julio Nicaragua, cuando la naciente revolución estaba asentándose. Fue el primer mandatario latinoamericano en hacerlo. Se reunió con miembros de la Junta de Reconstrucción y acordaron formar un bloque contra las dictaduras.

En reciprocidad, en su posesión, el 10 de agosto, Roldós recibió la visita oficial de una delegación de Nicaragua formada por Violeta Chamorro, Miguel D' Escoto y Edén Pastora. Antes de retornar, esta aceptó un donativo de 25.000 dólares (unos 625.000 sucres de la época), recogido por organizaciones.

Pero la solidaridad del Ecuador con Nicaragua ya venía de una tradición de vieja data. Vale mencionar que Eloy Alfaro y Leonidas Plaza combatieron al lado de los liberales nicaragüenses en el siglo XIX. Incluso Alfaro fue amigo del presidente liberal José Santos Zelaya y el Congreso de Nicaragua le otorgó al "Viejo Luchador" el título de general.

La contribución de Ecuador a la lucha sandinista también fue militante. Desde Colombia, el llamado Partido Socialista de los Trabajadores, de tendencia trotskista, organizó la llamada Brigada Simón Bolívar. La sede del reclutamiento estaba en Bogotá y tenía como objetivo crear una unidad integrada por personas de varios países que querían participar en la lucha.

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Al llamado acudieron más de 20 personas de ciudades como Cuenca, Quito, Loja y Guayaquil. El grupo llegó a Nicaragua a principios de junio de 1979 y se integraron en el llamado Frente Sur, liderado por Edén Pastora, el conocido Comandante Cero. Tras el triunfo, la brigada fue expulsada del país en agosto de 1979 por supuestas posiciones extremistas.

El 16 de junio de 1979, el Comité Ecuatoriano de Solidaridad anunció que dos columnas de voluntarios ecuatorianos habían salido de Quito hasta Centroamérica. Los grupos estaban formados por universitarios de Quito, Cuenca y Guayaquil. También indicó que una de las columnas se denominaba Eloy Alfaro y estaba integrada por 5 mujeres y 40 hombres, mientras que la segunda se llamaba José Peralta y la formaban 38 hombres y 5 mujeres.

Estos grupos se han perdido en el anonimato, pero hay dos casos conocidos. Uno es el del llamado Fausto Corral, quien participó en acciones armadas durante los meses de la insurrección, y regresó a Ecuador con la delegación que vino a la posesión de Roldós.


Jorge  Patiño Aguirre, llamado Comandante Ariel.

Otro caso es el de Jorge Vicente Patiño Aguirre, conocido con el nombre de guerra Comandante Ariel, nacido el 10 de junio de 1944 en Nabón, provincia del Azuay. Patiño estuvo vinculado de joven a la Compañía de Jesús, teniendo el deseo de hacerse sacerdote, pero abandonó esa pretensión en 1967. Luego viajaría a Nicaragua, donde trabajó en bancos hasta unirse al FSLN y pasar a la clandestinidad. Llegó a dirigir una sección guerrillera.

Patiño moriría en un ataque a la ciudad de León, poco antes del triunfo de la revolución.

En su natal Nabón hay un busto en su memoria y su cuerpo está sepultado en el cementerio de Tipitapa, en Nicaragua. En esa ciudad residen su esposa y sus cuatro hijos.

En Guayaquil se crearon comités solidarios entre los estudiantes universitarios de organizaciones de izquierda para apoyar la causa revolucionaria y condenar a EE.UU.

"Fue un momento de efervescencia y de rebeldía de la juventud ecuatoriana", manifiesta N. Zamora, (nombre protegido). "Se realizaban pintadas contra la política norteamericana, íbamos al consulado y con pancartas realizábamos sentadas mostrando nuestro apoyo a la revolución. También organizábamos peñas con grupos folclóricos para recaudar fondos. Recuerdo que cuando Febres Cordero rompió relaciones con Nicaragua salimos a las calles a realizar protestas por esa acción que considerábamos servil con el imperialismo norteamericano", agrega.

Hoy, paradójicamente, jóvenes luchan por sacar al sandinista Daniel Ortega del poder, quien ahora simboliza aquello por lo que el FSLN se opuso a Somoza. Los que apoyaron la revolución desde Ecuador concuerdan en que el sandinismo actual de Ortega no tiene nada que ver con el que se identificaron en los años 80.

Testimonio:  Entusiasmo por participar en la revolución

Cuando la Revolución Sandinista logra consolidarse también se desplazaron hacia Nicaragua ecuatorianos para ayudar en la reconstrucción, prestando servicios en las campañas de alfabetización, de salud y de ayuda a los campesinos. N. Indarte (nombre protegido) logró viajar de Ecuador a Nicaragua en 1986.

“Salimos de Guayaquil con rumbo a Quito, para luego embarcarnos a Panamá y de ahí rumbo a Nicaragua. Éramos un grupo reducido de compañeros. Cuando llegamos a Managua inmediatamente nos subieron a un transporte, todos con los rostros cubiertos, nos llevaron a un centro de entrenamiento militar, nos alojaron en una barraca donde había personas de varias nacionalidades de América Latina”, cuenta Indarte.

Al poco tiempo recibieron instrucción militar por un cubano, la cual siguieron con entusiasmo por participar en el proceso, contó.

“Me destinaron a la sección de zapadores, donde aprendí todo lo relativo al manejo de explosivos. Estuve casi 20 días en el país, luego nos regresaron, y la orientación era compartir todo lo aprendido con los demás miembros de la organización”.

¿Qué pasó con los 9 comandantes?

La conflictiva situación que vive Nicaragua, agobiada por una crisis económica y protestas estudiantiles en contra del gobierno de Daniel Ortega, han hecho que antiguos comandantes sandinistas se alineen a favor o en contra del Gobierno.

El gobernante FSLN fue fundado en 1963. En la organización coexistieron tres tendencias que se oponían a la dictadura y que en marzo de 1979 se unieron para coordinar la ofensiva final guerrillera. Estas tendencias eran la llamada Guerra Popular Prolongada (GPP), la Tendencia Proletaria y la Tendencia Tercerista o llamada insurreccional.

Una vez hecha la unidad se forma la Dirección Nacional con nueve comandantes que representaban las tres tendencias. Este organismo llevaría al triunfo de la revolución y posteriormente tendría el poder en la dirección política del país hasta la derrota electoral del sandinismo en 1990.

Sus integrantes eran Daniel Ortega, Humberto Ortega y Víctor Tirado (terceristas), Tomás Borge, Henry Ruiz y Bayardo Arce (tendencia GPP), Jaime Wheelock, Luis Carrión y Carlos Núñez (Tendencia Proletaria).

Núñez y Borge fallecieron en 1990 y 2012, respectivamente; mientras que Daniel Ortega es presidente desde 2007. Su hermano Humberto ha sido muy crítico con su accionar en los últimos años y le ha pedido que adelante las elecciones. Arce, en cambio, lo apoya y es asesor económico de la presidencia.

En tanto, Ruiz, Tirado, Wheelock y Carrión, además de otros históricos sandinistas, se han declarado firmes opositores de su excompañero. Especialmente tras la violenta represión a las protestas que empezaron en abril del 2018.  (I)