Dilan Cruz, un estudiante de secundaria de 18 años, murió dos días después de ser alcanzado en la cabeza por un proyectil lanzado supuestamente por agentes antimotines durante una protesta. Su caso que impactó en la sociedad colombiana, inició un debate sobre el uso excesivo de la fuerza y lo convirtió en un símbolo para muchos manifestantes jóvenes.