Bastones tipo tonfa de polímero, armas de aire comprimido, pistolas de energía conducida (los llamados teser), granadas de humo y máscaras de protección respiratorias serán adquiridos por el Gobierno Central y entregados al Cuerpo de Vigilancia Penitenciaria.

Este nuevo equipamiento se suma al que se anunció el pasado 10 de enero con la publicación del reglamento para el porte y uso de armas y tecnologías no letales y equipos de protección para las “entidades complementarias de seguridad ciudadana y orden público de la Función Ejecutiva”.

La normativa fue reformada el 28 de enero para agregar los nuevos instrumentos que serán utilizados en procedimientos ordinarios y operaciones conjuntas con otras instituciones.

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Además, según la reforma, también se podrán adquirir proyectiles esféricos de caucho con polvo inocuo de agente químico OC (gas pimienta) o pintura de marcación y cartuchos de energía conducida.

Todos estos objetos serán utilizados para “disuadir, contener, repeler, neutralizar o incapacitar temporalmente a una persona y serán entregados en dotación por el Estado para el cumplimiento de las funciones de las y los mismos”.

Las entidades complementarias de seguridad serán las instituciones responsables de la “planificación, programación y adquisición de las armas y tecnologías no letales; y, equipos de protección” luego de la presentación de un informe técnico-operativo que justifique la compra de estos elementos.

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Las revueltas que se forman en las distintas cárceles del país que terminan con guías penitenciarios heridos, y que se viralizan en videos a través de redes sociales, serían, en parte, la motivación para equiparlos mejor. En el año 2019 más de 20 asesinatos hubo en las cárceles nacionales. (I)