En lo que van del año, alrededor de 40 operativos contra la minería ilegal se han realizado en los cantones azuayos Pucará y Camilo Ponce Enríquez. Según las autoridades militares, en los campamentos destruidos hay elementos que coinciden como el uso de explosivos industriales de origen peruano y artesanales hechos con materiales de venta libre en Ecuador.

El último golpe a la minería ilegal en Azuay se cumplió esta semana en Pucará y Camilo Ponce Enríquez, poblados en los que gran parte de la economía se basa en la extracción y distribución de oro, plata y cobre. El primero se ejecutó el miércoles y dejó cinco campamentos intervenidos y cinco detenidos, mientras que en el segundo se destruyeron tres lugares de extracción.

Francisco Capelo, jefe del Centro de Control de Armas Azuay, explicó que a pesar de los permanentes controles los mineros artesanales se dan formas de ingresar ilegalmente los tacos de dinamita, pentolitas, cápsulas y emulsiones que luego utilizarán para abrir las bocaminas. También se dan formas para elaborar otros detonantes en base al nitrato de amonio y otros químicos que son de venta libre porque se los usa en la agricultura.

Publicidad

En el mercado negro, explicó el oficial, la caja de 250 detonantes industriales se vende en aproximadamente $250 a través de un “círculo muy cerrado de traficantes”.

Pero otro aspecto que llama la atención de los militares es la astucia de los mineros informales para abrir caminos en medio de las montañas. Santiago Almeida, comandante de la Tercera División de Ejército Tarqui, explicó que es fácil observar caminos para vehículos grandes como volquetes que entran y salen de la mina con el material obtenido sin permiso. Esto, además de ilegal genera una alta contaminación ambiental, incluyendo a las fuentes de agua cercanas.

El jueves pasado se desarrolló otro operativo que desmanteló tres campamentos ubicados en el sector Santa Martha del cantón Camilo Ponce Enríquez. Ahí se decomisaron 766 tacos, 1500 metros de mecha rápida, 56 cápsulas detonantes, 14 sacos de nitrato, 900 tacos armados de nitrato de amonio, entre otros elementos. Estos fueron trasladados al Centro de Control de Armas y se los destruirá.

Publicidad

Aseguró que la información antes y durante los operativos es muy reservada para evitar que se filtre la información y por eso no la suelen compartir con las autoridades de los municipios locales. Esto ya les ha pasado con anterioridad y el delito queda impune. Se ha hallado también entre los obreros a extranjeros sin papeles. (I)