Los estadounidenses que viajen a Cuba no podrán alojarse o hacer reservas en varios cientos de hoteles y hospedajes ni regresar a su casa con cigarros o ron de regalo, de acuerdo con una serie de nuevas sanciones anunciadas el miércoles por el presidente Donald Trump que buscan asfixiar económicamente al gobierno de la isla.

Las medidas restringen el alojamiento en más 433 propiedades que Trump considera que generan ingresos al gobierno cubano, prohíben la importación de tabaco y bebidas alcohólicas cubanas y limitan la organización y participación en encuentros profesionales o conferencias en Cuba, como así también competiciones deportivas y exhibiciones.

El anuncio se realizó en momentos que Trump busca asegurarse el voto de la comunidad cubano-estadounidense de Florida, un estado que podría terminar decidiendo los comicios presidenciales de noviembre. Trump ha dicho también que considera a la jueza federal cubano-estadounidense Barbara Lagoa entre sus posibles nominadas a ocupar el cargo en la Corte Suprema de Justicia que quedó vacante tras el fallecimiento de la magistrada Ruth Bader.

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Las nuevas sanciones fueron reveladas por el Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro y el propio Trump en la Casa Blanca mientras estaba reunido con una veintena de veteranos de la fallida invasión a Bahía de Cochinos en 1961.

Las sanciones muestran que Estados Unidos tiene un “compromiso inquebrantable con una Cuba libre”, aseguró Trump frente a los veteranos. Agregó que las medidas permanecerán vigentes hasta que todos los prisioneros políticos sean liberados, se respete la libertad de reunión y expresión, se legalicen todos los partidos políticos y convoquen elecciones libres.

Rechazo cubano

En Cuba las medidas fueron rechazadas por las autoridades.

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“El imperio anuncia nuevas medidas que violan los derechos de los cubanos y también de los norteamericanos”, escribió el presidente Miguel Díaz-Canel en su cuenta de Twitter. “Su cruel, y criminal política será derrotada por nuestro pueblo que no renunciará nunca a su soberanía”.

Mientras, el director de Estados Unidos de la Cancillería, Carlos Fernández de Cossío, destacó la presencia de Trump en Miami y consideró que los anuncios obedecen a la necesidad de ganar votantes entre el exilio.

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“Se venden como paladines de la libertad y ni siquiera permiten que sus ciudadanos escojan libremente donde hospedarse ni qué productos comprar durante sus viajes”, le contestó por su parte Ismara Vargas, una funcionaria de la Cancillería.

La organización Cuba Educational Travel, que programa viajes privados a la isla, consideró también que la política de Trump tiene un tinte electoral. (I)