María no pisa la calles desde hace meses. Isabela tuvo que rechazar varias veces solicitudes sexuales por parte de su empleador.*

España tiene más trabajadoras domésticas que cualquier otro país de Europa y muchas provienen de América Latina.

La mayoría de ellas viven en casa de sus empleadores y por lo tanto son más vulnerables a la explotación y el abuso.

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Al menos 22 mil fueron despedidas desde el inicio de la pandemia.

El sindicato que las representa, SEDOAC, ha recopilado los casos de un centenar de mujeres que han estado encerradas a merced de sus empleadores durante meses.

"Se les trata como esclavas modernas", denuncia Edith Espinola, fundadora de SEDOAC.

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En este video, la periodista de la BBC Jean Mackenzie recoge las dramáticas historias de varias empleadas domésticas a las que se les prohibió salir de las casas de sus empleadores durante confinamiento.

*María e Isabela son nombres ficticios, para proteger la identidad de las entrevistadas.

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(I)